La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los cielos

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Las lecturas de este domingo presentan el episodio de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los cielos, acontecimiento celebrado después de los 40 días de apariciones del Resucitado a sus amigos y discípulos. Veamos.

 

1. «SE FUE ELEVANDO A LA VISTA DE ELLOS, HASTA QUE UNA NUBE LO OCULTÓ A SUS OJOS»

 

Jesucristo es el Profeta de Dios, que es arrebatado como el gran profeta del Antiguo Testamento: Elías, que es llevado en un carro de fuego a los Cielos (cf. 2ª Re 2,11). Jesucristo, al ser Dios, tiene el poder de subir, así como había bajado del Cielo, ahora sube para retomar sus derechos del Unigénito del Padre. Jesucristo no desapareció, su Cuerpo glorioso tiene poder para subir y bajar del cielo, y los discípulos son testigos de este hecho, pues a su vista, se fue elevando, permaneciendo inmóviles y atónitos ante esta situación. La nube es signo de la presencia de Dios, por eso sabemos que subió con Dios a los Cielos. No sale del espacio sino del tiempo, deja de ser hombre y retoma sus derechos de Hijo.

 

2.«ENTRE VOCES DE JÚBIILO, DIOS ASCIENDE A SU TRONO»

 

Jesucristo es el Vencedor de la muerte y del diablo, por eso, sube a lo más alto de los Cielos, para ser coronado Rey y sentarse a la derecha del Padre, como Hijo. Sube porque ha ganado, porque es suya la victoria, porque ha luchado y ha vencido al enemigo, para librar al ser humano de su poder absoluto. En este día debemos estar alegres, jubilosos y contentos, porque Cristo sube para tomar la Gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre (cf. Jn 1,18). Por eso, hoy es un día de fiesta, de celebración, de solemnidad. Los ángeles, los santos y los seres humanos damos gloria a Dios, reconociendo su poder y su dominio sobre las fuerzas del mal. El trono que se menciona representa la realeza y la dignidad como Hijo.

 

3.«CRISTO ENTRÓ EN EL CIELO MISMO, PARA ESTAR INTERCEDIENDO POR NOSOTROS»

 

Jesucristo es el Mediador de la Nueva Alianza, por lo cual, su ministerio que es eterno y absoluto, lo debe desempeñar en comunión plena con el Padre, desde el Cielo, en el santuario no edificado por hombres. Jesucristo bajó del Cielo (también el Espíritu descendió del Cielo en forma de paloma) y ahora ascenderá para entrar en el Cielo, no de forma física ni virtual, sino de forma ontológica, es decir, entra con su ser divino, sin el cual, nadie puede entrar ahí. La intercesión, función de mediación que el Sumo Sacerdote ejerce entre Dios y los hombres, será llevada a cabo por Jesucristo de manera perpetua y plena, hasta que la muerte y el diablo sean vencidos de manera definitiva. El Cielo mismo es la Gloria de Dios. Jesucristo no subió al espacio o a algún lugar sino en la dignidad, al retomar los derechos de Hijo que le corresponden desde antes de la Creación del mundo (cf. Jn 1,1-15)

 

P. Crispín Hdez. Mateos.

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