Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Mons. Cristobal Ascencio García
Mons. Cristobal Ascencio García

Del capítulo 10 de San Juan, dedicado al Buen Pastor, hoy escuchamos los primeros 10 versículos, donde el centro del mensaje es la puerta del redil.

Hay dos maneras de entrar en el redil, y eso depende de lo que se pretenda hacer con el rebaño. Si alguien se acerca y no entra por la puerta, sino que salta por otra parte, es evidente que no es el pastor, no viene a cuidar el rebaño, viene a hacerle daño. La actuación del verdadero pastor es distinta: Cuando llega al redil entra por la puerta, va llamando a las ovejas por su nombre y ellas conocen su voz; las saca afuera y camina delante de ellas; las conduce a buenos pastos. Las ovejas lo siguen porque conocen su voz.

Este Evangelio forma parte de un discurso más amplio que va hasta el versículo 21 de este capítulo 10 que Jesús dirige a los fariseos, quienes no entienden el relato metafórico; se han apartado del verdadero sentido religioso y se han quedado con costumbres muy externas. Jesús les da la clave para que comprendan: Les aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas”… Quienes entran por el camino abierto por Jesús, entran por la puerta para ir al Padre y también para ir hacia el hermano. Quienes siguen su proyecto, son los verdaderos pastores; ellos sabrán acercarse y guiar a la comunidad cristiana. Jesús nos sigue cuestionando como pastores: ¿Por dónde entramos al redil? ¿Cómo es la relación entre pastores y ovejas? No basta hacer una crítica sobre el autoritarismo de los pastores o el alejamiento de las ovejas. Es oportuno que hagamos un análisis centrado en la verdadera puerta que es JESÚS. Sólo Jesús es el punto de unión, ya que Él es la puerta.

En nuestros días, son muchas las voces que se escuchan, muchos cristianos dicen escuchar la voz del pastor, pero siguen viviendo a su modo. Estas palabras del Evangelio son fuertes: “Ellas lo siguen, porque conocen su voz. En nuestros días, ¿realmente los cristianos reconocen la voz de sus pastores? Y si la reconocen, ¿siguen la voz del pastor?. Esto lo

digo, porque existen muchos hermanos que se dicen cristianos, pero están a favor de la ley del aborto, aunque escuchan a sus pastores, al Pastor que está a favor de la vida, siguen caminos contrarios, como son los caminos del crimen, de la violencia o apoyando estas situaciones, siguen ciertas ideologías o tendencias que llevan y conducen a la muerte.

Este Evangelio nos sigue cuestionando a nosotros los pastores, pero también a todos aquellos que de alguna manera están al frente de algún grupo, dígase: Padres de familia, maestros, autoridades políticas. Hermanos, creo que abundan en muchos ámbitos quienes quieren ser dirigentes, guías o pastores, a la par de esta abundancia que a veces se antoja inabarcable, asistimos a una carencia de buenos dirigentes, también en todos los espacios. Es como si nuestra época se caracterizara por la abundancia de líderes, pero por la carencia de buenos guías. Resulta providencial que el Evangelio de Juan ofrezca una constatación: Existen malos dirigentes: ladrones y salteadores (v 1), imágenes precisas para describir a quienes matan, roban y destruyen al pueblo (v 10); también existe el asalariado que si bien, no es tan nefasto como los anteriores, es igual de incoherente que ellos, pues trabaja por dinero y es capaz de abandonar a la gente a su suerte, que casi siempre su suerte es mala; pues los individuos y grupos que se aprovechan del pueblo son los lobos, abundan y además con mucha facilidad y con mayor cinismo se disfrazan y se presentan como gente de bien para engañar, en contraposición a todos estos, se ofrece la imagen de Jesús el Buen Pastor, que puede resumirse en que da la vida por la gente, le garantiza vida en abundancia. Lo más interesante es que Juan presenta también la imagen de la buena oveja que refiere a las personas que saben distinguir a un guía bueno de un dirigente malo. Las ovejas, imagen del pueblo, se niegan a seguir, sea cual sea su vestimenta, a quienes quieren dañarlas; disciernen cuando algún líder les dice la verdad y cuando les miente. Nuestra sociedad, nuestra Iglesia, nuestras familias, requieren guías que se asemejen a Jesús Buen Pastor, pero también son urgentes las personas y comunidades que sepan distinguir los buenos dirigentes de los ladrones, de los salteadores y de los asalariados.

Papás, mamás, estamos en un mundo muy difícil, donde la voz de los papás muchas veces no es escuchada por sus hijos y tampoco es escuchada por los gobiernos que dan a sus hijos una educación que está contra sus propios principios y valores. Pareciera que las voces que resuenan por el internet, aquellas voces que marcan ciertas tendencias son mejor escuchadas, aunque no conduzcan por el camino del bien. Papás, no olviden

que ustedes son guías, los sistemas de gobierno no son los guías de sus hijos, sino son ustedes; no dejen de preocuparse y ocuparse por sus hijos; cuiden a sus ovejas, cuídenlas de aquellos que brincan la barda con ofertas venenosas, dañinas. Si alguien no entra por la puerta, no trae buenas intenciones, por eso, pregúntense papás: ¿Saben qué voces siguen sus hijos?

Hermanos, también en este día celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones; deseo hacer un llamado a todos para que nos unamos en oración por las vocaciones; recordemos que el objetivo de esta jornada, es cumplir públicamente el deseo, la instrucción del Señor: Rueguen al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9,38).

Hermanos, no sólo nos quedemos con la oración que es muy importante, demos el paso a sentirnos promotores de vocaciones. Debemos preocuparnos de los niños, adolescentes y jóvenes, ayudarlos a descubrir su verdadera vocación, ya que sólo escuchando la llamada del Señor, sólo así se realizarán plenamente como personas muy amadas y llamadas por Dios. Qué importante que oremos y promovamos las vocaciones, de manera especial la vocación a la vida consagrada y sacerdotal. Necesitamos sacerdotes que sean como el Buen Pastor, como Jesucristo, dispuestos a dar la vida por sus ovejas.

Una invitación a todos los papás, pidan a Dios por sus hijos y sean generosos; si alguno de sus hijos desea conocer la vocación a la vida consagrada, acérquense a los sacerdotes o religiosas y consúltenlos, no olviden que es por el bien de sus hijos y de la comunidad. Dios sigue llamando y se necesita generosidad para responder y ser como Jesús, quien no se sirve de las ovejas, sino que sirve a ellas para librarlas y salvarlas, para protegerlas con su propia vida; así para ser pastores de los hermanos, tenemos que intentar amar como Cristo, estar dispuestos a entregarnos como Él, desbordar generosidad a raudales.

Les bendigo a todos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Feliz domingo para todos!

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Obispo de la Diócesis de Apatzingan