No hay indicios de que baje el ritmo de la nueva ola de Covid-19 en el país. Hoy se ha superado otra barrera psicológica: los nuevos casos de contagio registrados en las últimas 24 horas han superado los 200 mil, con 1.038 muertos. Lo que más preocupa a la opinión pública india es la rápida propagación de la emergencia no solo en Maharashtra, sino también en otras zonas del país. Después de que las restricciones que ya entraron en vigor en Mumbai, Delhi también impuso hoy un toque de queda, que entrará en vigencia el fin de semana, después de haber contabilizado ayer solo en su territorio 13.500 nuevas infecciones y 104 muertes. También se están estudiando medidas similares en otros Estados de la India.
La presión en los hospitales es muy alta. En Mumbai, se han requisado dos hoteles de cinco estrellas para aislar allí a los pacientes con síntomas leves. Varios centros de salud han dado la alarma por la falta de oxígeno en las unidades de terapia intensiva, aunque el gobierno sigue tranquilizando sobre las existencias. Hay que esperar horas no solo fuera de las salas de emergencia, sino también en los lugares para la cremación de los difuntos, que no pueden seguir el ritmo de las muertes. En todo el país, hay una carera por el Remdesivir, un medicamento antiviral que se utiliza para tratar el coronavirus que – a pesar de que se produce en la India – comienza a agotarse.
El gobierno de Modi ha apostado todo a la campaña de vacunación, que sigue avanzando. Las aplicaciones se han elevado a 114 millones, y se procede a un ritmo de más de 3 millones por día. Aunque en las últimas semanas se impuso un fuerte freno a las exportaciones, el problema es que la producción de vacunas de la India no puede seguir el paso. Se estima que el Serum Institute de Pune (que fabrica la vacuna de AstraZeneca) y Bharat Biotech producen solo 2.4 millones de dosis por día en total. Por esa razón hace pocos días la agencia farmacéutica india también ha dado luz verde al uso de la vacuna rusa Sputnik V, que se combinará con las dos vacunas de fabricación india. Las primeras dosis de Rusia, sin embargo, deberían llegar recién a mediados de mayo, y en julio comenzarán a funcionar las plantas para la producción local.
Entre tanto, continúan las polémicas en torno a los cientos de miles de personas apiñadas en el Ganges para el Kumbh Mela. En Haridwar, el número de casos positivos relevados entre los fieles que acudieron a la peregrinación hindú ascendió a 1701. El gobierno local de Karnataka ha decidido imponer la cuarentena y un test de Covid a los que regresan del Kumbh Mela. Después de la controversia sobre la disparidad de trato entre las religiones, la Corte Suprema de Nueva Delhi ha decidido reabrir la mezquita de Nizamuddin para la oración a un máximo de 50 fieles cinco veces por día. “La situación – explicó la Corte – es más grave cada día que pasa, pero como todos los lugares de culto están abiertos, éste también debe estarlo”.
Nueva Delhi, India.
AsiaNews / Agencias.