Homilía del arzobispo de Xalapa del domingo XXXII T.O.

ACN
ACN

En este día, 8 de noviembre de 2020, celebramos el Domingo 32 del Tiempo Ordinario, Ciclo A, en la liturgia de la Iglesia Católica.

   Las diez jóvenes. El pasaje evangélico de hoy es de San Mateo (25, 1-13): “Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ‘El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron”. El trasfondo cultural del relato es la forma tradicional con que se celebraba el matrimonio en Israel en tiempos de Jesús. El último día de los festejos, el novio se encaminaba con sus amigos a la casa de la novia, que esperaba su llegada acompañada de sus amigas de juventud y de virginidad. Después de que el novio llegaba, entre música y cantos de alegría, se formaba un solo cortejo hacia su casa, donde se celebraba el matrimonio y se tenía el banquete nupcial. El contexto evangélico es el discurso escatológico de Mateo, el cual combina el anuncio de la ruina de Jerusalén con el fin del mundo presente, con la segunda venida de Jesucristo y con el gran Juicio final. La distinción entre las jóvenes necias y las prudentes muestra que el mensaje parabólico está centrado en la necesidad de estar preparados para recibir al Esposo que retrasa su Parusía

Las lámparas encendidas. El texto evangélico prosigue: “A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Las previsoras les contestaron: No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo”. El aceite de las lámparas representa la fidelidad. Por eso las jóvenes prudentes no pueden compartirlo con las otras en el momento final. No es un acto de egoísmo, sino un detalle que subraya la responsabilidad personal ante la palabra de Jesús. En vista de que el Señor no ha revelado ni el día ni la hora de su venida gloriosa, hay que estar prevenidos como las jóvenes que aguardan al esposo con sus lámparas encendidas, o como los invitados que esperan la visita del rey vestidos con sus trajes de fiesta. Ambas preparaciones implican la vigilancia, la prudencia y la fidelidad.

El ingreso al banquete. El relato continúa: “Mientras aquellas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: Señor, Señor, ábrenos. Pero él les respondió: Yo les aseguro que no las conozco. Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora”. Esta parábola resalta la sabiduría humana y cristiana. La diferencia entre la sabiduría y la necedad consiste en la preparación de sus lámparas y en la provisión de aceite para el encuentro del esposo. Los cristianos no podemos improvisar, como las jóvenes necias, nuestro encuentro definitivo con Jesucristo. Debemos mantener los ojos bien abiertos porque no sabemos ni el día ni la hora. Es una insensatez seguir escuchando el evangelio sin esforzarse para convertirlo en vida, así como resulta una necedad confesar a Jesucristo con una vida apagada, vacía de su espíritu y de su verdad. La desesperanza conduce a una actitud negativa ante la vida, a la pérdida de la confianza, a la pasividad y al escepticismo, a la tristeza que hace desaparecer la alegría de vivir, al mal humor, al pesimismo y la amargura. Jesús puede tardar, pero nosotros no debemos retrasar nuestra conversión y vigilancia constante. La esperanza cristiana anima nuestra responsabilidad y creatividad. Mantener siempre encendida la lámpara de la esperanza nos ayuda a nunca estar totalmente contentos de nosotros mismos ni del mundo en que vivimos.

+Hipólito Reyes Larios
  Arzobispo de Xalapa

Comparte:
By ACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.