Flores, luz, música… la conexión con nuestros muertitos: Mons. Vargas

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Este año parece que todo se pausó en materia de celebraciones, y no fue la excepción con las fiestas de los fieles difuntos en México; ello, por la serie de medidas sanitarias para evitar contagios asociados al Covid-19.

No sólo cerrarán cementerios; en la alcaldía Xochimilco familias de agricultores se las ingenian para vender sus flores de Día de Muertos: el cempasúchil… En esta temporada, integrantes de toda una familia,  tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones de mercado para vender sus flores a través de redes sociales, desde páginas como: “Cactumaniax”. La producción de cempasúchil debe iniciar entre junio y julio para que las flores se encuentren listas antes de la celebración del Día de Muertos.

Pero los xochimilquenses no pierden la fe e intentan obtener aunque sea un mínimo de ganancias de sus hermosos invernaderos que parecen estar pintados de un naranja  muy alegre los cuales inyectan una dosis de que ya están por llegar las ofrendas para los muertitos.

De ese tema, habló Mons. Andrés Vargas, Obispo de Xochimilco, al ser entrevistado en exclusiva por Agencia Católica de Noticias (ACN), quien explicó cómo vive la Catedral de San Bernadino y sus alrededores, esta festividad del Día de Muertos.

Comenzó por mencionar que este gran templo católico era un cementerio, como la mayoría de las Iglesias construidas por los franciscanos.

Justo donde se desarrollaba la entrevista, comentó que en ese mismo atrio hace unos años dejó de ser un panteón y se comenzó a edificar lo que hoy es la Catedral.

Indicó que el folklor de la alcaldía invita a que por estos días que anteceden al primero y dos de noviembre, la gente acude con más constancia a la Iglesia, porque les llaman la atención las distintas manifestaciones y expresiones  que se organizan dentro de ellas.

Sobre los preparativos que suelen realizar a nivel de la Iglesia, señaló que se pone de acuerdo con los párrocos del barrio de Xochimilco para ver cómo se va a alentar el Día de todos los Santos, el cual es el inicio del Día de Muertos”.

“Se prepara una pequeña catequesis: algunos representan ciertos Santos, entonces se escoge un listado de ellos, y se invita a los niños y jóvenes a que los representen. Finalmente ya no están en esta vida; son ellos para nosotros un referente de que se han ido, pero continúan en nuestro pensamientos y en nuestra fe”,

detalló.

Dijo que cada Iglesia de la alcaldía tiene sus misas, incluso –en otros años, sin pandemia-, “había invitaciones a los cementerios más cercanos y se visitaban; esas son las expresiones más externas”.

Sostuvo que para mantener viva la tradición, “este año queremos hacer como una pequeña hojita con la oración para mucha gente que acudía a los panteones, la cual contiene una pequeña oración. Esperemos a ver hasta dónde llegamos y ahora con los medios a través de las redes pero queremos darla en físico”.

En relación a cómo está constituida esa hojita de oración, qué simbolismo representa y qué esperanza da a los familiares con sus muertitos, Mons. Vargas, contestó que lo primero, es que Dios es el dueño de la vida y que nos ha creado a su imagen y que Jesucristo vino, murió y resucitó por nosotros y nos abrió el camino de la vida plena que nos lleva hasta el Padre; asimismo, que nuestros hermanos que han muerto están, -así lo creemos-, en camino y que algunos están de alguna manera bastante conectada y que son lo que aman a nuestros Santos, entonces nuestros hermanos que están ahora sepultados, no importa los años que estén, ellos están en este camino y en nuestra oración porque esta comunión llega hasta nuestro Dios”.

Sostuvo que con esa acción espiritual, “nos ayuda a mantener este sentido de comunión, -pues- nosotros generalmente hablamos de la Iglesia peregrinante o militante; es decir, la que está en el camino en este tránsito y debe ser triunfante (…). Los que hayan llegado a la presencia de Dios de una forma que se completará con la resurrección, pero que ahora de alguna manera están difuntos”.

Enfatizó que a nuestros familiares difuntos, se les recuerda con expresiones como: las flores, la luz y la música”.

Explicó que “tanto el cempasúchil y la Nochebuena son flores que simbolizan el área de la tierra con la que se empieza a conectar esta expresión en el tiempo, donde todo empieza en el otoño, estación que empieza a anunciar el Eterno”.

Planteó que se suma otro simbolismo, el cual es “la belleza, porque no cabe duda que el cempasúchil tiene un belleza extraordinaria”.

“Por eso se le relaciona con la flor de muertos -cempasúchil-, y lo que es la Nochebuena, sabemos que la tienen desde antes los agricultores; es decir, apenas comienza diciembre y ya está floreciendo; incluso nos anuncia algo maravilloso, que a lo mejor hemos perdido, nos avisa la noche de la luz y de la vida, y cuando Dios vino a visitar nuestra tierra, nuestro mundo, para traerle vida esperanza y alegría de forma definitiva”.

Culminó.

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By ACN
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