La devoción a Encarnita no se hizo esperar y su intercesión tampoco. En contados días había 20 casos positivos de COVID entre las residentes de un Colegio Mayor y se temía que la enfermedad evolucionara gravemente.
Un favor pequeño, pero redondo. Vivo en un Colegio Mayor y por una situación totalmente fortuita (una residente parecía tener un catarro que después de cuatro días resultó ser COVID-19) otras personas empezamos a tener algún ligero síntoma de la enfermedad.
Aplicamos el protocolo y confinamos a todo el Colegio Mayor: además de no poder salir ni entrar, tampoco se realizaron las actividades habituales de la vida colegial. El 5 de octubre había dos casos confirmados de Covid entre las que residimos; esa misma semana, el día 10, eran 20 las diagnosticadas.
LAS FAMILIAS CONTESTARON A LAS CARTAS QUE ENVIAMOS CON MUCHO AGRADECIMIENTO Y LAS PROPIAS RESIDENTES SE HAN UNIDO MÁS ENTRE ELLAS
Estábamos preparadas, pues desde meses anteriores habíamos trabajado el protocolo correspondiente. Con todo, siempre había algo de incertidumbre y temor a que se pudiera complicar: la salud de cada una, la reacción de las familias, etc. Así que el mismo día 5 le pedí a Encarnita Ortega confiadamente que la enfermedad se manifestara con síntomas leves, fuera rápida y que todas reaccionaran bien.
Su intervención ha sido redonda: la mayoría de las enfermas han tenido síntomas leves o han sido asintomáticas. Desde el Centro de Salud —sin que sea una práctica frecuente en estas edades (de 18 a 20 años)— se ha realizado PCR a todas las residentes, las familias contestaron a las cartas que enviamos con mucho agradecimiento y las propias residentes se han unido más entre ellas.
El día 19 de octubre se retomó la actividad ordinaria en el Colegio Mayor, donde se ha reforzado notablemente el clima familiar y la iniciativa personal en el cuidado de la casa. Todas han crecido en espontaneidad y responsabilidad. Incluso, esos mismos días surgieron tertulias por ZOOM cada una desde su cuarto, juegos online, tuvimos noticias unas de otras, y se experimentó con más fuerza que uno de los pilares de nuestra vida colegial es el ambiente de familia.
A. C. – España
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