El Papa Francisco tiene en su mesa de trabajo en el Vaticano la carta en la que el arzobispo de París, monseñor Michel Aupetit, de 70 años, pone su dimisión en manos del pontífice para que la acepte o la rechace.

Monseñor Aupetit está a cargo de la arquidiócesis más importante de Francia desde diciembre de 2012.

El caso estalló después que el semanario Le Point contó un episodio ocurrido en la primavera de 2012, cuando los más estrechos colaboradores del arzobispo se enteraron del contenido de un email que Aupetit envió por error a su secretaria y que estaba destinada a otra mujer.

Según Le Point el contenido del mensaje por Internet era inequívoco y demostraba la existencia de una relación íntima del arzobispo de París con la mujer.

Historia de amor​

Los medios periodísticos señalaron que se trataba de una «love history», una relación entre adultos, aclaración necesaria después del formidable escándalo que estalló hace algunos meses cuando se conoció un informe en el que se admitía que alrededor de tres mil curas desde 1950 habían abusado sexualmente de al menos diez mil menores de edad.

Aunque era una relación entre adultos, se trataba igual de una violación al juramento que hacen los sacerdotes de rito latino (el 90% de la Iglesia), de respetar el celibato.

Algunos se preguntaron que haría el arzobispo de París si ocurriera algo parecido con uno de sus sacerdotes. Monseñor Aupetit es de talante tradicionalista, por lo que no habría sorprendido si hubiera suspendido al transgresor.

La nota publicada por Le Point hizo de dominio público el caso. El arzobispo es médico y mantiene posiciones rigurosas en materia de abortos, como es la línea de toda la Iglesia a comenzar por el Papa Francisco.

La historia del e-mail sentimental de mayo era conocido en la Iglesia francesa. Se ordenó una investigación interna que llevó adelante el predecesor del arzobispo de París, el cardenal André Vingt-Trois.

El propio arzobispo de París contó que tras romper la ambigua relación sentimental había informado a su superior, el cardenal Veint-Trois y al nuncio apostólico, el embajador del Papa.

Pero no se han hecho públicos los resultados de la investigación. Se puede deducir que de alguna manera el arzobispo fue absuelto o apenas reprochado. De todas maneras todo terminó sobre el escritorio del Papa.

Explicaciones

Tras la publicación de Le Point, monseñor Aupetit explicó su situación. “Cuando era vicario general, una mujer se manifestó ante mi varias veces con visitas y cartas, a tal punto que a veces debí poner distancia entre nosotros”.

El arzobispo reconoció que su comportamiento “pueda haber sido ambiguo”, dejando entender «la existencia entre nosotros de una relación íntima y de relaciones sexuales, algo que niego con fuerza”.

Aupetir dijo que había decidido “poner en manos del Santo Padre mi cargo, porque fue él quién me lo dio”.

El arzobispo de París agregó:  “Lo hice para preservar la arquidiócesis y porque, en calidad de obispo debo ponerme al servicio de la unidad”.

Monseñor Aupetit dijo que hasta que Jorge Bergoglio decida “dejo el encargo”.

Para el Papa se trata de una cuestión con muchos bemoles, porque nada menos que uno de los principales protagonistas del catolicismo europeo no es formalmente acusado por nadie y niega haber mantenido relaciones “non sanctas” con la mujer que lo visitaba. Su admisión de haberse comportado con ambigüedad tampoco hace las cosas fáciles.

El arzobispo Aupetit debe normalmente quedarse otros cinco años. Cuando cumpla los 75, está obligado como todos los obispos del mundo a renunciar ante el Papa por “límites de edad”, según una norma impuesta por el Papa Pablo VI entre las medidas para renovar la Iglesia del pos Concilio Vaticano II.

Vaticano, corresponsal de Clarìn.

Clarín.com