En México, siendo un país tan grande y tan variado, hemos de encontrar mucha variedad en las libertades de pensamiento, es lo que caracteriza a lo que llaman posmodernidad en México. Para las ciencias, y en términos de ésta, la posmodernidad se toca como un medio de libertad de pensamiento, de creación, en donde el horizonte no tiene límites de temporalidad.
La semana pasada, el 7 de septiembre de 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió sobre la inconstitucionalidad de los artículos 196 y 224, fracción II del Código Penal del Estado de Coahuila, extendiendo la invalidez a porciones de los artículos 198 y 199 del mismo ordenamiento. Obligando a que todos los estados soberanos que tenían blindada la vida tendrán que ajustar sus leyes a este ordenamiento.
La resolución de la Corte Suprema de Justicia de México considera que la mujer puede “interrumpir su embarazo por un corto periodo de tiempo”, este posmodernismo ha penetrado profundamente en este máximo órgano mexicano.
Ninguna mujer debe verse orillada a tomar la dramática decisión de recurrir a la práctica del aborto, situación que en un gran número de casos deja una profunda secuela de dolor, a lo que las madres al presenciar el sufrimiento de su hijo al ser abortado les producen dolor, muchas veces este manifestado en indiferencia y desamor. ¿Acaso puede una madre o padre abandonar al hijo de sus entrañas? O peor aún ¿puede acribillar a su hijo haciéndose sorda al lamento del concebido, pero aún no nacido? Que no te engañen, es verdad que eres libre de tomar la decisión que te parezca más conveniente, cuando te pudieras encontrar en la encrucijada de que hacer en esta circunstancia de embarazo, porque tal vez sientes, piensas que tus proyectos se frustrarán, no es así, la vida es un regalo, por lo tanto hay que recibirlo como tal con sentido de responsabilidad.
Considerando que el corazón de la madre sufre profundamente cuando sus hijos son lastimados, vulnerados o cargan el peso de una situación dolorosa y difícil. Por su parte, la madre que presencia la muerte de un hijo, sobre todo cuando éste es pequeño y vulnerable, también atraviesa una pena indecible.
Con este sentir, lamentamos profundamente que frente a la aparente disyuntiva sobre no criminalizar a la mujer que aborta y preservar la vida del concebido no nacido, la Corte haya optado por descartar al segundo, sin buscar la salvaguarda de ambos.
El ser humano ha sufrido una metamorfosis radical que pasó de una modernidad a una posmodernidad y que modificó su estilo de vida, sus principios y valores, con un sentido de vida dudoso, con una existencia vacía y carente de voluntad. México no ha sido la excepción en adoptar este nuevo sistema y evidentemente la transformación de su gente se ha hecho notoria en los últimos años y se pude notar en esta decisión de la SCJN que lamentablemente permeará en contra de la vida y las familias como un ataque frontal. Se ha seguido el camino de países desarrollados, la población mexicana ha copiado estilos de vida que son difíciles de lograr, sobre todo en un país el cual es considerado en vías de desarrollo y donde su gobierno lejos de proteger a su ciudadanía, protege los intereses de grupos. Nadie está excluido de pertenecer a este nuevo sistema, que ha traído más que buenos, malos resultados, siendo el posmodernismo una de las causas de altos índices de criminalidad y de la formación de nuevos criminales mexicanos.
RUAN ÁNGEL BADILLO LAGOS.