El posible fraude demócrata lastima a la democracia estadounidense

José Arturo Quarracino
José Arturo Quarracino

Estimados Stilumcuriales, con gran placer publicamos estas reflexiones del doctor Maurizio Ragazzi sobre las elecciones presidenciales [estadounidenses] y especialmente sobre las implicancias de un posible fraude electoral. Una contribución que le agradecemos de todo corazón y en la que revela una imagen de la corrupción democrática de la que ciertamente no les hablarán los grandes diarios, adheridos al régimen “progresista”, ni las estaciones de televisión, sobre las que el único consejo que me gusta dar es apáguenlos. Disfruten la lectura.

ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS: LO QUE ESTÁ REALMENTE EN JUEGO EN LA PELEA POR LA PRESIDENCIA

Durante los últimos meses, los argumentos infundados sobre una supuesta discriminación racial sistémica han ensordecido los oídos de todos en Estados Unidos. Lo que estamos presenciando ahora es otro fenómeno sistémico, pero esta vez es real: la corrupción sistémica en varios estados gobernados por los demócratas. El caso de Pensilvania es instructivo.

Pensilvania es uno de esos Estados que al final de las elecciones del 3 de noviembre aún no han sido adjudicados ni a Trump ni a Biden. Bastión demócrata durante décadas, en el 2016 Pensilvania fue ganada por Trump. A pesar de los porcentajes que que hicieron circular encuestadores sesgados antes de las elecciones (con miras a inculcar en el electorado la falsa idea de que Trump no tenía ninguna posibilidad de ganar), la realidad se hizo presente en forma bastante diferente. Sin embargo, para que se certificara la victoria de Trump, los republicanos tuvieron que sortear el obstáculo de un sistema bien engrasado que, gracias a medios poco ortodoxos, no dejaría ninguna posibilidad a quien se atreviera a levantar la cabeza contra el establishment demócrata.

Ya antes de las elecciones, el juez Alito, en una declaración acompañada por los jueces Thomas y Gorsuch sobre una moción presentada ante la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre la votación en Pensilvania, [1] había hecho algunos comentarios pertinentes sobre un fenómeno impactante. En preparación de las elecciones, contrariamente a una disposición estatutaria de la legislatura de Pensilvania de que todas las papeletas de voto por correo deberían recibirse antes de las 8:00 p. m. del día de las elecciones, la Corte Suprema de Pensilvania (el organismo judicial más alto de ese estado), [2] por un voto de cuatro a tres, decretó que las boletas por correo serían válidas si se recibían dentro de los tres días posteriores al día de las elecciones. Más aún, una papeleta sin matasellos o con matasellos ilegible será considerará oportuna, si se la recibe en la misma fecha. Estos absurdos exponen claramente a todo el sistema electoral al riesgo de fraude y a la pérdida de toda credibilidad. Además, están en conflicto con la disposición, en la Constitución de los Estados Unidos, sobre la asignación de poder con respecto a las elecciones federales, según la cual sólo el Congreso y las legislaturas estatales (no los tribunales estatales) pueden prescribir la hora, los lugares y la forma de celebrar las elecciones. [3] La letra de la ley no podría ser más clara.

Acorde a ello, el 28 de octubre, la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó la separación de las papeletas de votación tardía, para que “si la decisión de la Corte Suprema del Estado finalmente se anula se dispondrá de un remedio específico”. Sin embargo, esta clara instrucción fue evidentemente insuficiente. Por lo tanto, el 6 de noviembre, en medio del recuento de votos, las demandas y las boletas recién llegadas (una gran mayoría de las cuales eran… sorprendentemente para Biden), el juez Alito tuvo que intervenir nuevamente con una orden a todas las juntas electorales del condado en Pensilvania para darles instrucciones con la orientación proporcionada por la Secretaría de Pensilvania el 28 de octubre y el 1 de noviembre, a los efectos de que (1) las boletas recibidas por correo después de las 8 p.m. del 3 de noviembre se separen y se guarden en un recipiente seguro y sellado separado de las otras boletas, y (2) si se contabilizan, todos los votos tardíos se contabilizarán por separado. [4]

Independientemente de quién será finalmente declarado ganador de las elecciones presidenciales, esta (paradójica) saga en Pensilvania muestra que la perseverancia del presidente Trump al reclamar que todos los votos legal y legítimamente expresados, y sólo esos, sean contados (con la intervención, si es necesario, de la Corte Suprema de Estados Unidos) es un verdadero servicio a la democracia estadounidense: Estados Unidos no puede convertirse en una república bananera empañada por el fraude, la manipulación de votos y los conflictos entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial dentro de los Estados administrados por demócratas, esperando que nadie (y menos que nadie todos los medios de comunicación, cada vez más subordinados al poder y la ideología de los “progresistas”, y reacios a ejercer siquiera un mínimo de sus prerrogativas investigadoras) se atreverá a decir una palabra contra este lamentable estado de cosas.

[1] https://www.supremecourt.gov/opinions/20pdf/20-542_i3dj.pdf. Aquí la acción conflictiva fue entre la legislatura y la Corte Suprema de Pennsylvania. Por su parte, en https://www.law.cornell.edu/supremecourt/text/20A72,  el conflicto fue entre la Asamblea General de Carolina del Norte y la Junta Electoral del Estado.

[2] Esta es la pirámide del sistema judicial en Pennsylvania, con la Corte Suprema como su cima: http://www.pacourts.us/learn

[3] Artículo I, sección 4 de la Constitución de Estados Unidos. Aunque Pennsylvania tiene una larga tradición de votar a los demócratas, la Asamblea General (la legislatura en ese Estado) está actualmente en manos republicanas (si bien el gobernador es un demócrata). Pero este es otro ejemplo de frustración de una decisión política que el legislador republicano adoptó sobre la base de sus prerrogativas constitucionales.

[4] En https://www.supremecourt.gov/orders/courtorders/110620zr_g31i.pdf.

Publicado originalmente en italiano el 7 de noviembre del 2020, en https://www.marcotosatti.com/2020/11/07/ragazzi-the-possible-dem-fraud-hurt-usa-democracy/

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

Comparte: