El pontificado de Francisco: la moral volcada

ACN
ACN

* En materia de moralidad natural, el pontificado de Francisco marcó una ruptura con la doctrina católica, tanto en términos de documentos oficiales como de declaraciones informales.

* Su rasgo típico: la elaboración de una moral sin metafísica, alejada de la verdad y del bien.

En lo que respecta a cuestiones de moralidad natural, el pontificado de Francisco marcó un momento de ruptura radical con la doctrina católica.

Recordamos a continuación las principales etapas del camino recorrido por Francisco, que tocó algunas cuestiones éticamente sensibles:

Al principio, fue Amoris laetitia la que hizo comprender a todos que el enfoque de las cuestiones morales había cambiado radicalmente .

Era el año 2016. El párrafo 305 junto con la famosa nota 351 de esta Exhortación intentaba reconciliar lo irreconciliable: el adúltero, en los casos en que es inocente o no es plenamente culpable, puede acercarse a la Eucaristía permaneciendo adúltero. Ese mismo año se publicó una carta de los obispos de la región de Buenos Aires, titulada  Acompañar, discernir e integrar las fragilidades, que admitía a la comunión a las personas divorciadas y vueltas a casar. Francisco afirma que «el texto es muy bueno y explica  de manera excelente el capítulo VIII de Amoris laetitia».  No hay otra interpretación.» La carta y el comentario del Papa fueron incorporados a las Acta Apostolicae Sedis en 2017 , convirtiéndose así en auténtico Magisterio.

Para mantener la continuidad temática, recordamos dos cartas  motu proprio datae   tituladas  Mitis Iudex Dominus Iesus  y  Mitis et misericors Iesus , ambas publicadas en 2015 y que tratan de la reforma del proceso canónico de declaración de nulidad del matrimonio (click aquí para mayor información).

En el arte. 14 § 1 del primer motu proprio indica una serie de circunstancias que en sí mismas no son causas de nulidad pero que para Francisco pueden permitir la tramitación de la causa. La operación subyacente es hacer que un matrimonio humanamente fallido aparezca como un matrimonio canónicamente nulo.

Entre Amoris laetitia y esta última carta, la indisolubilidad del matrimonio sale en mal estado. El nuevo rumbo doctrinal respecto al matrimonio ha conducido inevitablemente a un rediseño radical de la naturaleza del Instituto Juan Pablo II sobre el Matrimonio y la Familia .

  • En materia de aborto , es famosa la imagen, utilizada en varias ocasiones por Francisco, de los médicos convertidos en sicarios.

Pero luego habló con la mujer que había luchado para legalizar la profesión de sicario, Emma Bonino, y ciertamente no para intentar convertirla, también porque para él eso habría sido una forma inaceptable de proselitismo, sino más bien para elogiarla: «Un ejemplo de libertad y resistencia», le había dicho en su último encuentro. Sí, libertad y resistencia ante la ley moral.

  • Sobre el tema de la eutanasia , queremos señalar la carta de 2020 de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe titulada Samaritanus bonus que marca en cambio una continuidad con el Magisterio de todos los tiempos sobre el tema de la eutanasia (haga clic aquí para mayor información).

Sin embargo, la continuidad es cuestionada en varios lugares del Piccolo lessico del fine-vita publicado por la Academia Pontificia para la Vida en 2024. En algunos pasajes es ambiguo el mensaje del Papa de 2017 a la conferencia de la Asociación Médica Mundial sobre el tema de la eutanasia.

En materia de moralidad natural , no podemos dejar de mencionar la eliminación de la pena de muerte del Catecismo de la Iglesia Católica en 2018: de una acción moralmente buena conforme a ciertos criterios a malum in se (para mayor información haga clic aquí , aquí y aquí ). La decisión también fue significativa porque fue la primera y única modificación del Catecismo por parte de Francisco.

Cerrando este rápido repaso de las intervenciones del Magisterio sobre cuestiones morales , el primer lugar de heterodoxia manifiesta corresponde sin duda al documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe Fiducia supplicans que abrió el camino a la bendición de las parejas homosexuales y de las parejas irregulares .

Ciertamente, junto con la   Declaración de Abu Dhabi, el peor documento firmado por un Pontífice en la historia de la Iglesia porque al bendecir relaciones intrínsecamente desordenadas las califica en sentido positivo desde el punto de vista moral.

¿Qué provocó estas derivas heterodoxas? 

Hace unos seis años, desde estas mismas columnas, intentamos señalar los rasgos más destacados del pontificado de Francisco (click aquí y aquí ). Proponemos aquí un resumen de esa reflexión limitada a la esfera moral.

El rasgo característico del pontificado recién concluido es la elaboración de una moral sin metafísica.

Según la tradición clásica y católica, el fundamento próximo de la moral natural reside en la dignidad de la persona, en su preciosidad intrínseca dada por el cuerpo y el alma racional que informa este cuerpo (el fundamento remoto es Dios). De estos datos epistemológicos surgen los principios del derecho natural que son objetivos, inmutables, universales y absolutos.

Respecto a este último aspecto, recordemos los absolutos morales, es decir, el hecho de que hay acciones que siempre y en todo caso dañan gravemente la dignidad personal y por tanto deben siempre ser evitadas.

El enfoque de Francisco sobre la moralidad ha eclipsado, si no eliminado, los datos espirituales de la antropología, es decir, ha ignorado la relevancia paradigmática del alma racional.

Una vez eliminada la referencia metafísica, la moral se deslizó hacia el empirismo, la fenomenología ética, el historicismo, el inmanentismo y así desvaneció sus principios doctrinales en el subjetivismo, el relativismo, el situacionalismo y el utilitarismo.

La evidencia de esta deriva era clara. La atención de los dicasterios y del Papa se ha centrado casi exclusivamente en cuestiones relacionadas con la pobreza material, el trabajo, las penurias y la marginación social, la inmigración, el sufrimiento psicológico como la soledad, la exclusión social y el medio ambiente. En resumen, la moralidad natural ha sido socavada por la justicia social. Si la visión antropológica olvida el alma racional, las necesidades del hombre serán sólo materiales, porque el hombre será sólo su cuerpo. Aquí está el inmanentismo.

Si el paradigma es la realidad empírica , ésta cambia con el tiempo. El historicismo se convierte así en un criterio de juicio ético y en un criterio para utilizar el Evangelio, que debe ser contextualizado, adaptado a las necesidades de la contemporaneidad y no impuesto desde arriba de manera abstracta. Lo transitorio se convierte en la clave para interpretar los principios de la fe y la moral, que son en sí mismos atemporales.

Así pues, según la visiómn de Francisco, los principios morales pueden y deben cambiar, y las acciones que alguna vez fueron intrínsecamente malas pueden dejar de serlo. Tendremos así una moral modelada según la realidad, no en el sentido de que sea necesario encontrar los modos más eficaces de declinar los principios éticos inmutables en lo contingente, sino en el sentido de hacer contingentes estos principios.

De ahí el situacionismo, la prioridad de lo particular sobre lo universal que encuentra su expresión peculiar en el infame discernimiento, dispositivo para arrinconar el mala in se y en el que la conciencia ya no es el lugar de la declinación de la verdad en la circunstancia particular, sino el lugar de la creación de verdades personales, identificadas para satisfacer placeres y utilidades igualmente personales.

La universalidad de la naturaleza humana, con sus exigencias morales básicas igualmente universales, es así sustituida por Francisco por la particularidad de las existencias individuales, con sus exigencias morales igualmente individuales. Esta dinámica se llama relativismo subjetivista.

He aquí, pues, una declaración de guerra a los dogmas, a las leyes, a los principios, a las jaulas formales que sofocan la realidad multifacética. Ya no es la persona la que debe ajustarse al principio, sino viceversa. La ética ya no se ve afectada por un movimiento trascendente sino más bien descendente.

El legado que Francisco dejó a su sucesor está lleno de deudas con la verdad y la bondad.

Este último, en última instancia, sólo tendrá ante sí tres soluciones, de las cuales la última es la única correcta: mantener esta orientación sin continuar la obra de destrucción; avanzar en la misma dirección; curso inverso.

Thomas Scandroglio

Por TOMMASO SCANDROGLIO.

MARTES 22 DE ABRIL DE 2025.

CIUDAD DEL VATICANO.

LANUOVABQ.

Comparte:
ByACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.
No hay comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *