Después de rezar la oración mariana del Ángelus, de este V Domingo del Tiempo Ordinario, el Papa Francisco dirigió dos apremiantes llamamientos en defensa de la vida. El primero fue al recodar que, mañana, en la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa que conoció la humillación y el sufrimiento de la esclavitud, se celebra la Jornada de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. “Este año – precisó el Pontífice – el objetivo es trabajar por una economía que no favorezca ni siquiera indirectamente estos rasgos indignos, es decir, una economía que nunca haga del hombre y de la mujer una mercancía, un objeto, sino siempre el fin: el servicio al hombre, a la mujer, pero no utilizarlos como mercancía”. Por ello, el Papa invitó a encomendarnos a Santa Josefina Bakhita para que nos ayude en este propósito.
Sanar todos los ataques a la vida.
En el segundo llamamiento, el Santo Padre se unió a los Obispos italianos en la defensa de la vida en todas sus etapas. Bajo el lema: “Libertad es vida”, se celebra hoy en Italia el Día de la Vida. Por ello, el Pontífice recordó que, “la libertad es el gran don que Dios nos ha concedido para buscar y realizar nuestro bien y el de los demás, empezando por el bien primario de la vida”. Nuestra sociedad debe ser ayudada a sanar todos los ataques a la vida – subrayó el Papa – para que pueda ser protegida en cada etapa. Además, el Obispo de Roma manifestó su preocupación por “el invierno demográfico italiano”. “En Italia – señaló el Papa – los nacimientos han descendido y el futuro está en peligro. Tomemos esta preocupación y tratemos de hacer de algún modo que este invierno demográfico termine y florezca una nueva primavera de niños y niñas”.
La alegría del encuentro con los peregrinos.
Antes de concluir su alocución, el Papa Francisco manifestó su alegría por el encuentro con los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus. Recordemos que desde el 20 de diciembre de 2020 – último Ángelus que dirigió desde la ventana del Palacio Apostólico – el Pontífice había dirigido la oración mariana desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. “Dirijo mi cordial saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos. Estoy contento de verlos de nuevo reunidos en la Plaza, incluso a los habituales, las religiosas españolas aquí, que siempre son buenas, llueva o haga sol, ¡están ahí! También los chicos de la Inmaculada. Todos ustedes. Estoy contento”. A todos les deseo un buen domingo y, pidió por favor que no se olviden de rezar por él.
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano.