En un informe de Ottawa Citizen (CO) de octubre, el periódico dijo que pudo obtener documentos que, según afirman, muestran un plan del gobierno para crear un nuevo grupo de Comunicación Estratégica de Defensa.
El objetivo del grupo sería servir a «los intereses nacionales utilizando las actividades de defensa para influir en las actitudes, creencias y comportamientos» de la población residente en Canadá.
Los destinatarios del nuevo grupo de propaganda serían tanto canadienses como extranjeros en los lugares donde operen las Fuerzas Canadienses.
John Carpay, presidente del Centro de Justicia para las Libertades Constitucionales, dijo a LifeSiteNews que en una democracia como la del Canadá, el propósito de los militares debería ser defender el país de las amenazas que pueda sufrir, no tratar de influir en la opinión de la gente:
«Los militares no tienen por qué tratar de influir en la opinión pública de ninguna manera, y de hecho, ningún organismo gubernamental lo hace. En una democracia, el propósito de los militares es defender el país de amenazas externas y posiblemente, potencialmente, de una rebelión violenta interna».
Como ejemplo, Carpay dijo que cree que el trabajo del gobierno es proteger «a una persona en una acera pública que tenga un cartel que exprese la opinión pública de «la violencia o las amenazas. En ese caso, el trabajo del gobierno es proteger a esos individuos de la violencia o las amenazas. Lo que el gobierno necesita hacer en relación con la libertad de expresión es ser como un árbitro que establece parámetros e implementar un marco para que dicho gobierno pueda defender los derechos de libertad de expresión de todos».
Según CO, algunos aspectos del plan que aparecen en los documentos – que todavía están en borrador – ya se han llevado a cabo entre la población canadiense.
Esta filtración de documentos llega después de otra información de octubre del mismo periódico que describía cómo las Fuerzas Canadienses habían gastado más de un millón de dólares en «entrenamiento para la modificación del comportamiento» del Grupo SCL, que es la empresa matriz de Cambridge Analytica.
En octubre, las Fuerzas Canadienses se vieron obligadas a admitir públicamente que ya habían emprendido iniciativas de propaganda sobre los ciudadanos. Todo ello se supon después de que el gobierno provincial considerara falsa una carta enviada a los residentes de la provincia de Nueva Escocia en la que se les advertía de una manada de lobos sueltos.
La campaña de propaganda «wolves» fue llevada a cabo por especialistas en guerra de información de la unidad de reserva de Halifax Rifles, que llegaron a generar sonidos de lobos utilizando altavoces.
El propio gobierno de Nueva Escocia no se dio cuenta de que los militares estaban detrás del engaño y había tachado la carta como falsa. Finalmente las Fuerzas Canadienses anunciaron que estaban detrás de todo.
Sin embargo, el gobierno liberal de Trudeau niega que tal plan esté en marcha. La oficina del Ministro de Defensa Harjit Sajjan dijo a CO que «no se ha aprobado ni se aprobará tal plan» en lo que respecta a las campañas de propaganda militar.
Otro informe de CO de julio muestra cómo una unidad de inteligencia de las Fuerzas Canadienses se vio expuesta tras haber estado recopilando y vigilando en secreto las actividades de los ciudadanos de Ontario en los medios sociales.
La unidad justificó su proceder diciendo que buscaba ayudar a las tropas a ocuparse de la atención en residencias de ancianos durante la pandemia por coronavirus Covid-19.
Otra noticia de CO reveló que hay oposición a estos planes dentro del propio ejército. El General Jon Vance, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, ordenó que se pusiera fin a una campaña de operaciones de información en la que se habría utilizado propaganda destinada a «atajar la desobediencia civil del público durante la pandemia del coronavirus». Vance consideró tal acción como una «militarización» de la sección de asuntos públicos del ejército.
El lapsus del general
Canadá no sería el único país donde se usa a las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas para controlar lo que piensa la gente. El pasado mes de abrir, el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, reconoció en rueda de prensa que entre las distintas misiones de la Benemérita se encuentra la de «minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno».
Santiago aseuró que desde el Instituto Armado se trabajaba en dos direcciones a través de la Jefatura de Información para combatir las noticias falsas:
«Por un lado, evitar el estrés social que producen estos bulos, y por otro, minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno. Todos estos bulos los tratamos de desmentir por nuestras redes sociales».
Ante la reacción de la oposición y parte de la prensa a las palabras del general, el gobierno indicó que el militar se había explicado mal.
Con información de InfoCatólica