Luego de ver el documental ‘Freedom on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom’, el Santo Padre hizo una oración por la paz en Ucrania, que cumple un año en conflicto: «El espíritu de la guerra destruye»:
La Oficina de Prensa del Vaticano informó que “en la tarde de hoy, viernes 24 de febrero, primer aniversario de la guerra en Ucrania, el Papa Francisco participó en la proyección del documental ‘Freedom on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom’, promovido por el director Evgeny Afineevsky”.
Luego de la proyección, el Papa Francisco dirigió unas palabras recordando la belleza de la creación y como es destruida por la guerra:
“Cuando Dios hizo al hombre le dijo que tomara la tierra, que la hiciera crecer, que la hiciera bella. El espíritu de la guerra es lo contrario: destruir, destruir, no dejar crecer, destruir a todos, hombres, mujeres, niños, ancianos, a todos. Hoy se cumple un año de esta guerra, miremos a Ucrania, recemos por Ucrania y abramos nuestros corazones al dolor. No nos avergoncemos de sufrir y llorar porque una guerra es destrucción, una guerra siempre nos disminuye. Que Dios nos haga comprender esto”
La proyección del documental se realizó en el Aula Nueva del Sínodo, participaron 240 personas, refugiados y miembros de la comunidad ucraniana de Roma, invitados por el director, acompañados por representantes de asociaciones que les prestan asistencia y por el Limosnero de Su Santidad, el cardenal Konrad Krajewski.
El Papa también dirigió una sentida oración por el pueblo ucraniano:
“Padre Santo, que estás en los cielos, mira nuestras miserias, mira nuestras heridas, mira nuestro dolor, mira también nuestro egoísmo, nuestros bajos intereses y la capacidad que tenemos de destruirnos. Sana, sana nuestros corazones, sana nuestras mentes, sana nuestros ojos para que vean la belleza que tú has hecho y no la destruyamos en el egoísmo. Siembra en nosotros la semilla de la paz. Amén”
Antes de regresar a la Casa Santa Marta, el Papa se detuvo a saludar y conversar con los presentes, entre ellos algunas de las personas cuyas historias se cuentan en el documental.
Johan Pacheco, Ciudad del Vaticano