Hasta ahora, la extracción de órganos en Suiza de una persona fallecida requiere un consentimiento previo. Esta situación en caso de aceptación de la ley de trasplantes el 15 de mayo de 2022 cambiará: cualquier persona podría convertirse en potencial donante si no hubiera manifestado previamente su negativa a donar un órgano. La razón de este cambio en la ley está motivada por la escasez de órganos en Suiza, disponibles para trasplante.
La comisión de bioética de la conferencia episcopal suiza (CBCVS)se opone a la modificación de la ley de trasplante de órganos. Considera que se debe respetar el principio del consentimiento informado y que el consentimiento presunto no es suficiente.
El proyecto de reforma de la ley parte ciertamente de una buena intención, creyendo que el cuerpo del difunto es en cierto sentido un bien de la sociedad que se utiliza para salvar otras vidas, con la única limitación de respetar una voluntad contraria. En realidad, esta opción no es del todo satisfactoria, tanto desde el punto de vista legal como moral. Hay límites a los derechos que la sociedad tiene hacia una persona, incluso en nombre de la solidaridad.
Existe el peligro de considerar el cuerpo del ser humano de manera reduccionista, como si fuera un mero depósito de repuestos. Debemos estar atentos a los riesgos de abuso, como la de crear una cultura de depredación que se vuelve insistente y poco delicada con los posibles donantes.
El CBCVS considera necesario seguir otro camino para aumentar la cantidad de órganos disponibles para salvar más vidas. CBCVS fomenta la práctica del dar, invitando al desarrollo en nuestra sociedad de una cultura del dar que valore la libertad de todas las personas y al mismo tiempo eduque en el sentido del otro. Existen otras soluciones que pueden aumentar efectivamente el número de donantes.
El CBCVS propone en este sentido la creación de un sistema alternativo que favorezca una mejor identificación de los potenciales donantes. La propuesta es introducir una declaración, por ejemplo, en cada renovación del seguro de salud, en el que cada uno expresa su posición eligiendo entre diferentes opciones: voluntad de donar parte de sus órganos o todos los órganos; negativa a donar órganos; la ausencia de elección (libertad también significa no tener que elegir).
Este sistema tiene la ventaja de garantizar una mayor conciencia de la elección de la donación, permite conocer con certeza la voluntad de la persona y respeta el principio de autonomía del paciente.
Detrás de la negativa de la CBCVS a apoyar el proyecto de ley, se encuentra la voluntad de defender un modelo de sociedad basado en el fundamento de la libertad responsable. La reciente pandemia acaba de poner de relieve las tensiones entre quienes defendían la autonomía absoluta de las personas y quienes querían imponer -a toda costa- una elección colectiva.
André Marie Jerumanis, miembro de la comisión de bioética de los obispos suizos.
CATT.CH