No hay duda alguna de que la sabiduría popular encontró en los refranes la mejor manera de expresarse. Bien decían las abuelas del siglo pasado que no hay refrán perdido, pues cada una de estas manifestaciones populares encierra una gran verdad.
Así, del refranero mexicano podemos tomar hoy la expresión “tanto peca el que mata la vaca, como el que le jala la pata”, la cual puede interpretarse como una relación cómplice en que se puede sustentar la corrupción y la impunidad entre dos entes.
Valga tomar este dicho como parte del argumento de la novela rosa con su aderezo de intriga que nos presenta por estos días “Producciones 4-T”, tele drama que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha invitado “a seguir muy de cerca”, esto es, a estar enterado todo México de los pormenores del caso Emilio L. -así lo presentan-, cuya temporada de apertura comenzó este mes y que -por cierto-, sin egoísmos por los niveles de rating, por primera vez se transmite de manera simultánea por todos los canales televisivos, compartido con medios impresos y redes sociales.
Al pueblo pan y circo, y esto último es lo que hoy se nos ofrece con avances sobre la participación de un gran elenco que se nos irá presentando a lo largo de los siguientes capítulos. El actor principal -desde luego- es el propio Emilio L., el mismo que en su encierro ibérico descubrió sus aptitudes como cantante y así fue que negoció su retorno a suelo azteca, “muy bien cuidado” -recomendación del propio AMLO-, pues viene a cantar todo lo que sabe sobre el caso Odebrecht, la compra de Agronitrogenados por parte de Pemex, el reparto económico a legisladores para que aprobaran la reforma energética de EPN, y algunas otras minucias.
Vaya, dicho en otras palabras, don Emilio L. ha venido a soltar la sopa, y como en los concursos televisivos en los que el participante elige una caja en busca del premio mayor, misma que se va abriendo a la cuenta de 5-4-3-2-1, él ha comenzado a destapar la de Pandora en sus primeras apariciones (comparecencias). Poco a poco -que no corre prisa- irá dando nombres de los siguientes actores, hasta que por allá del segundo trimestre del próximo año (electoral) 2021 aparezca el villano del teledrama (que podrían ser dos), primero Luis Videgaray…, y después ¿Peña Nieto? No coman ansias, todo dependerá de las circunstancias pre electorales.
Ahora bien, ¿por qué citar el dicho sobre el rumiante sacrificado? Ya sabemos que al decir tanto peca el que mata la vaca, como el que le jala la pata” hay una referencia a una relación de complicidad en la que se puede sustentar un hecho de corrupción e impunidad. Luego entonces, a qué viene que don Emilio L. en su primera comparecencia se declarara inocente como Pepe el Toro y -aunque sin sustentarlo hasta el momento- dijera que fue “intimidado, presionado, influenciado e instrumentalizado”. Ah, no lo ha sustentado, pero sí se comprometió a denunciar y señalar “a las personas responsables de estos hechos y los posibles beneficiarios de los mismos”. O sea, ¿le jaló la pata a la vaca -¿o la mató?- no por complicidad sino por necesidad económica o porque fue amenazado con ser despojado de su alto cargo? De cualquier manera, aceptó ser cómplice en esos hechos de corrupción, por los cuales debería estar encerrado en una prisión.
Pero no ha sido ni será así, pues por lo pronto ya se cumplió el primer compromiso de los productores, toda vez que “por su disposición a colaborar con la justicia”, el juez decretó que don Emilio L. llevará su juicio en libertad, aunque “sin pasaporte, con un brazalete electrónico y presentándose ante las autoridades cada 15 días”. ¡Viva México!
Y ya metidos en el refranero, sólo una advertencia a quienes hicieron pacto con don Emilio: Quien hoy te compra con su adulación, mañana te venderá con su traición.
Con información de: Nuestra Voz/Editorial