Desde hace ocho años no hay noticias de Youhanna Ibrahim y Paul Yazigi. El rastro de los dos arzobispos se perdió entre Alepo y la frontera turca. Según fuentes no confirmadas, fueron asesinados por un grupo islámico radical. Un recuerdo «arraigado en el corazón» y que el tiempo «no puede opacar». Las raíces de los cristianos se encuentran en Oriente Medio.
Cuando faltan cerca de diez días para la fiesta de Pascua en las comunidades ortodoxas (2 de mayo), los patriarcas greco-ortodoxo y sirio-ortodoxo de Antioquía recordaron a Paul Yazigi y Youhanna Ibrahim, los dos obispos de Alepo que desaparecieron en Siria en 2013 en circunstancias que nunca terminaron de aclararse. Con motivo del Domingo de Ramos, ambos patriarcas pidieron a los fieles de sus Iglesias que leyeran un comunicado redactado para esta ocasión y recordaran a los dos prelados en sus oraciones durante la fiesta de Pascua.
A continuación, se ofrecen algunos pasajes de este comunicado de prensa conjunto:
“En un día como hoy, 22 de abril de 2013, nuestros hermanos arzobispos de Alepo, Youhanna Ibrahim y Paul Yazigi, fueron secuestrados. Desde ese día, su causa ha simbolizado, aunque no la resume, toda la tragedia vivida por los seres humanos en Oriente […] ”.
“Hoy recordamos a estos dos hermanos nuestros desaparecidos. Su secuestro constituye uno de los misterios de esta época; también toca en cierto modo la esencia misma del ser humano, en un mundo donde parece que su valor se ha vuelto, para algunos, insignificante. Fueron secuestrados cuando regresaban de una misión humanitaria. Ambos eran y siguen siendo un símbolo de la presencia cristiana en Oriente”.
“Su memoria está tan arraigada en nuestro corazón que el paso de los años ni siquiera puede opacarla. Apelamos a la opinión pública local e internacional, recordando que hemos tocado todas las puertas de la diplomacia, de los servicios de seguridad y de las representaciones políticas y sociales que hemos encontrado en nuestro camino. Y que eso no ha dado ningún resultado significativo o seguro”.
“Como cristianos, hoy estamos llamados a estar unidos, más allá de las afiliaciones particulares; debemos superar todos los accidentes de la historia y aspirar, con todas nuestras fuerzas, a la unidad de los cristianos. Este doble rapto es la mayor prueba de que lo que nos une en Cristo es mucho más grande que los sedimentos de la historia que nos separan. Este doble rapto es la prueba de que, como cristianos, compartimos un destino común en Oriente. Un destino común que también compartimos con todos los que buscan el rostro de Dios y su misericordia, y definen a Dios como Señor de la Vida y Señor de la resurrección sin ponerse a sí mismos en el lugar que a Él le corresponde”.
“Frente a esta oscuridad, frente a secuestradores que se niegan a identificarse […], y frente a los esfuerzos infructuosos de los servicios de inteligencia, reafirmamos una cosa: como cristianos de Machrek, estamos plantados en este Oriente y arraigados en él mientras tengamos sangre en las venas. Estamos aquí confiando solo en Dios y en nuestra esperanza en el Señor de la resurrección. Aquí nos encomendamos al Señor de la resurrección, que está con nosotros desde hace dos mil años. Y tenemos confianza y creemos que siempre lo estará”.
Según algunas fuentes que nunca se confirmaron oficialmente, los dos prelados fueron asesinados por un grupo yihadista en diciembre de 2016. Lo único que se sabe con certeza es que el rastro se perdió el 22 de abril de 2013, cuando se encontraban en la zona entre Alepo y la frontera turca, posiblemente víctimas del grupo salafista Nour al-Din al-Zenki, financiado por Arabia Saudita y Estados Unidos. Los dos prelados, uno de los cuales era hermano del patriarca ortodoxo griego Jean X de Antioquía, se encontraban en una misión para tratar de negociar la liberación de dos sacerdotes, el padre Michel Kayyal y el padre Maher Mahfouz, secuestrados en febrero de ese mismo año. Pero la investigación oficial nunca se pudo cerrar porque nunca encontraron los restos de los dos sacerdotes.
de Fady Noun
Beirut, Líbano.
AsiaNews.