Domingo sobre la Sagrada Familia

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1. LA FAMILIA, EN LA PANDEMIA
La familia es una creación de Dios, buena y perfecta, llena de su amor y su sabiduría; que a lo largo de los años ha sufrido los embates de instituciones, organismos y de la misma sociedad civil y hoy, de modo lacerante, por la pandemia del Coronavirus.
¿Qué situaciones negativas ha dejado esta pandemia en las familias? Pérdida de trabajos, falta de alimentos, enfermedad, miedo, suicidios y muertes. Al ser sometidas a un confinamiento sin ser instruida en qué iba a hacer o cómo iba a vivirlo, la familia ha sufrido: violencia, ansiedad, estrés, depresión, malestares, pérdida de espacios para celebrar la fe, para estudiar o recrearse. Entró como en una crisis de identidad y misión.
Sin embargo, la familia ha logrado también reinventarse: los miembros han dialogado más, los padres han conocido mejor a sus hijos, se han repartido las responsabilidades del hogar, el mismo hogar se ha convertido en escuela, en oficina e iglesia; han pasado más tiempo juntos que en los últimos años y han logrado convivir más y crecer en la amistad, el amor y el cariño.
• ¿Qué experiencias de familia podemos contar, tanto positivas como negativas vividas en esta pandemia?

2. LA SAGRADA FAMILIA, LUZ PARA NUESTRAS FAMILIAS
Jesús, María y José también se sometieron a las disposiciones legales de las autoridades civiles y a situaciones denigrantes de peregrinos: viajaron largas distancias para ir a un censo, ninguna familia los recibió en su casa, María dio a luz en un establo y emigraron a Egipto por una persecución contra el niño.
Sin embargo, nunca estuvieron solos: la mano de Dios y de su Ángel siempre estuvo con ellos; de todas estas batallas se vieron librados, porque la gracia de Dios los acompañaba.
José, por su parte, fue un hombre justo, esposo fiel y padre providente; María fue una mujer de fe, que en todo cumplió la voluntad de Dios, esposa amorosa y madre abnegada, cariñosa y tierna; Jesús, fue un hijo obediente, servicial y atento, apegado a la autoridad de sus padres, que crecía en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres.
Así, la sagrada familia de Nazaret, reflejo de la Santísima Trinidad, es modelo de unidad, de amor y de comunión; entre ellos y con Dios. Entre ellos no hubo violencia o discusiones, siempre hubo diálogo, amor y fidelidad; ejemplo de vida para su Hijo. Como parte de una cultura y religión: cumplían sus deberes con la sociedad, con el Templo y con Dios.
• ¿De qué manera la sagrada familia de Nazaret fortalece y guía a mi familia en la fe y los valores humanos?

3. NUESTRA PEQUEÑA FAMILIA SE TRANSFORMA EN UNA IGLESIA DOMÉSTICA
Nuestra familia, trastocada desde todos los ángulos por la pandemia, emerge como una institución fuerte y líder, que fortalece en su seno a cada miembro de ella, que cura y se ocupa de sus enfermos, que atiende las necesidades básicas de sus integrantes, que celebra la fe de un modo particular, que abre espacios para el trabajo y cierra las puertas a la indiferencia. Hoy por hoy, la familia se ha fortalecido como Iglesia doméstica, como iglesia de casa, como lugar privilegiado para recibir, fortalecer y transmitir la fe.
Abramos en ella los espacios para la catequesis, los lugares para la liturgia doméstica y los tiempos para revivir la caridad fraterna. Pidámosle a la Sagrada Familia de Nazaret, hacer de nuestras familias «lugares de comunión y cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas» Amén.
• ¿Qué compromisos tomar en favor de nuestras familias, para hacer de ellas, pequeñas iglesias domésticas?

Por P. Crispin / Parroquia SMG

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