En los doce años de pontificado de Bergoglio, emergen verdades que hasta ahora estaban ocultas y que implican comparaciones despiadadas con su predecesor, Joseph Ratzinger. Cifras ocultas hasta el 21 de abril, día de la muerte del pontífice argentino de 88 años. Como los datos sobre la participación de los fieles en las audiencias papales.
El Informe es de Penélope Corrado:
Con Bergoglio, los fieles en las audiencias papales se han desplomado: la despiadada comparación con las cifras de Ratzinger
En los doce años de pontificado de Bergoglio emergen verdades hasta ahora ocultas que implican comparaciones despiadadas con su predecesor, Joseph Ratzinger. Números ocultos hasta el 21 de abril, día de la muerte del pontífice argentino de 88 años. Al igual que los datos sobre la participación de los fieles en las audiencias papales.
Hasta el día de la muerte del Papa Francisco, la Santa Sede había “clasificado” el número de fieles que acudían cada miércoles a la Plaza de San Pedro o al Aula Nervi. Una razón que, en retrospectiva, surge con claridad. En los últimos años la asistencia ha caído en picado, registrándose cifras significativamente inferiores a las de las audiencias de Benedicto XVI. En resumen, con el Papa argentino del “buen provecho” en el Ángelus y del “rezad por mí” al final de cada discurso, los fieles católicos han disminuido.
¿Plazas llenas, iglesias vacías? No, ni siquiera las plazas estaban llenas de Bergoglio
El motivo de la censura es fácil de explicar: los números habrían reavivado la comparación entre Bergoglio y Ratzinger, que hasta el 31 de diciembre de 2023 seguía viva, a pesar de su dimisión.
Según informa Open , después de los dos primeros años de su pontificado (casi 7 millones en el año de su elección en 2013 y 6.623.900 en 2014) la participación de los fieles en las audiencias (públicas y privadas) y en el Ángelus del Papa Francisco se ha reducido literalmente a la mitad. En 2015 bajó a 3.210.860.
Una hemorragia que en 2017 marcó un nuevo descenso: 2,7 millones. A partir de ese momento la parada vino desde Santa Marta.
Los dos últimos años del pontificado registraron un balance negativo: en 2023 y 2024 aproximadamente 1,7 millones de fieles. La comparación con el menos mediático y más severo Benedicto XVI: 3,2 millones de fieles en 2006, más de 2,8 en 2007 y después entre 2,2 y 2,5 fieles.
Muy por encima de la afluencia de un pontífice capaz siquiera de hablar en el Festival de San Remo. También fue desmentido el eslogan utilizado por el sociólogo Mariano Niola: “Plazas llenas, iglesias vacías: Bergoglio entusiasmó más a los laicos que a los fieles”, afirmó en una entrevista a Antonello Caporale para Il Fatto Quotidiano. No, ni siquiera los cuadrados estaban llenos.
El Óbolo de San Pedro, de Bergoglio a Ratzinger, se ha reducido casi a la mitad
Datos que salen a la luz, dado que los cardenales que se reunirán en Cónclave el 7 de mayo también tienen disponibles estos números. Como los referentes al Óbolo de San Pedro. Desde Ratzinger a Bergoglio, también en este caso las cifras están en caída libre. Año tras año, el presupuesto de la colecta se ha vuelto cada vez más exiguo: en 2023, el Fondo Obolo había recaudado 52 millones, de los cuales 48,4 millones eran puras donaciones, pero había entregado 109,4 millones al Papa (recurriendo así a las reservas). Lo mismo ocurrirá en 2024, con unos ingresos equivalentes a un tercio de lo que se recaudó en los años dorados: basta pensar que en 2009 (bajo Benedicto XVI) las donaciones superaron los 82 millones de euros.
Una señal de que los ataques del Papa Francisco contra la Iglesia católica (monjas, sacerdotes) y sobre la superioridad de los ateos sobre muchos creyentes no han traído ni un solo euro más de los no creyentes, sino que han alejado a muchos creyentes.
En materia de vocaciones la situación no es mejor: en la misma Italia se constata un claro y constante descenso del número de sacerdotes y seminaristas. De 38.000 en 1990, el número de sacerdotes cayó a 31.800 en 2020, una disminución del 16 por ciento en treinta años. Un problema que el Papa argentino heredó, pero que no supo remediar. Otra pesada carga tendrá que afrontar el cardenal que salga de la Capilla Sixtina como Papa.
Por PENELOPE CORRADO.
CIUDAD DEL VATICANO.
SECOLODITALIA.