Dimite obispo estadounidense, firme defensor del matrimonio natural y opositor a las llamadas bodas gays

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Dimisión y nombramiento del Arzobispo Metropolitano de Louisville (E.U.). 

El Santo Padre aceptó la renuncia al cuidado pastoral de la Arquidiócesis Metropolitana de Louisville (EE.UU.), presentada por SE Mons. Joseph Edward Kurtz (cuya fotografía adjuntamios). El Santo Padre ha nombrado a SE Mons. Shelton Joseph Fabre, actualmente Obispo de Houma-Thibodaux (EE.UU.), Arzobispo Metropolitano de Louisville.

Curriculum vitae

S.E. El obispo Shelton Joseph Fabre nació el 25 de octubre de 1963 en New Roads (Luisiana), diócesis de Baton Rouge. Asistió al Saint Joseph Seminary College en Saint Benedict, Louisiana (1985), obtuvo un Bachillerato (1985) y una Maestría en Estudios Religiosos (1989) de la Université Catholique de Louvain, Bélgica.

EE.UU.: Dura crítica de la Iglesia católica a las bodas gays

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El presidente del Episcopado norteamericano dijo que la decisión del alto tribunal es «profundamente inmoral e injusta» y «un error trágico que daña el bien común y a los más vulnerables, que son los niños». La aprobaciòn fue por estrecha mayoría.

La decisión del 26 de Junio, de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que interpreta que la Constitución de los Estados Unidos exige a todos los estados proveer licencias y reconocer el «matrimonio» de personas del mismo sexo es un «error trágico que daña el bien común y a los más vulnerables entre nosotros,» dijo monseñor Joseph E. Kurtz, arzobispo de Louisville, Kentucky, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU.

 

La declaración completa a continuación:

 

Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable. Así como Roe v. Wade no resolvió el asunto del aborto hace más de cuarenta años, Obergefell v. Hodges no resuelve hoy el asunto del matrimonio. Ninguna decisión se arraiga en la verdad, y como resultado, ambas eventualmente fallarán. Hoy la Corte se ha equivocado nuevamente. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio.

El significado único del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer está marcado en nuestros cuerpos como hombre y mujer. La protección de este significado es una dimensión esencial de la «ecología integral» que el Papa Francisco nos ha llamado a promover. Ordenar la redefinición de matrimonio en todo el país es un error trágico que perjudica el bien común y a los más vulnerables entre nosotros, especialmente a los niños. La ley tiene el deber de apoyar el derecho básico de todo niño a ser criados, donde sea posible, por su madre y padre casados y en un hogar estable.

Jesucristo, con gran amor, enseñó inequívocamente que desde el principio el matrimonio es la unión permanente de un hombre y una mujer. Como obispos católicos, seguimos a nuestro Señor y continuaremos enseñando y actuando de acuerdo con esta verdad.

Exhorto a los católicos a seguir adelante con fe, esperanza y amor: fe en la verdad inmutable sobre el matrimonio, arraigada en la naturaleza inmutable de la persona humana y confirmada por la revelación divina; esperanza de que estas verdades una vez más prevalezcan en nuestra sociedad, no sólo por su lógica, sino por su gran belleza y servicio manifiesto al bien común; y el amor a todos nuestros vecinos, incluso aquellos que nos odian o nos castigarían por nuestra fe y convicciones morales.

Por último, hago un llamado a todas las personas de buena voluntad a unirse a nosotros en la proclamación de la bondad, la verdad y la belleza del matrimonio como se ha entendido correctamente desde hace milenios, y pido a todos en posiciones de poder y autoridad que respeten la libertad dada por Dios a buscar, vivir y dar testimonio de la verdad. g

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