«Como lo pidió la Santísima Virgen en Fátima», obispos del rito latino insisten en la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María

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El episcopado católico de Ucrania, que sufre la invasión del ejército ruso, ha escrito una carta al Papa Francisco para implorarle que consagre su país y Rusia al Inmaculado Corazón de María, como había pedido la Virgen en las apariciones de Fátima.

“¡Padre Santo!”, invoca la carta enviada por los obispos ucranianos. “En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano para dedique Su Santidad nuestra Patria y Rusia”.

“Respondiendo a esta oración, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”.

“Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis!”.

Ahora, la pregunta es: ¿no realizó ya esa consagración, tanto tiempo postergada, el Papa San Juan Pablo II el 25 de Marzo de 1984? Esa es, ciertamente, la respuesta oficial del Vaticano cuando se solicita por unos y por otro el cumplimiento de la orden celestial. Pero no todo el mundo, ni mucho menos, está de acuerdo.

“Es evidente que la consagración (de Rusia) no se hizo como pidió Nuestra Señora”, declaró en 2017 el Cardenal Raymond Burke en su discurso durante la conclusión de la Cumbre sobre el Centenario de Fátima, que se ha llevado a cabo este fin de semana.

“No dudo en absoluto de la intención del Papa San Juan Pablo II cuando llevó a cabo la consagración el 25 de marzo de 1984”, dijo Burke, añadiendo que Sor Lucía declaró que “Nuestra Señora la aceptó”.

Pero el cardenal norteamericano insiste en reconocer “la necesidad de una conversión total del materialismo ateo y del comunismo a Cristo, como también la urgencia de que Rusia siga la llamada de Nuestra Señora de Fátima y se consagre a Su Inmaculado Corazón siguiendo las explícitas instrucciones de la Virgen”.

El ex prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica volvió a hacer un llamamiento para realizar la consagración de Rusia según las instrucciones específicas de Nuestra Señora. Citó también el final del famoso secreto a los niños, en el que Nuestra Señora predijo: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.

 

«COMO LO PIDIÓ LA SANTÍSIMA VIRGEN EN FÁTIMA»

La mayoría de los católicos de Ucrania pertenecen a la Iglesia greco-católica ucraniana, la mayor de las 23 Iglesias católicas orientales en comunión con Roma. Los greco-católicos representan alrededor del 9% de los 44 millones de habitantes de Ucrania, que es predominantemente cristiana ortodoxa.

Antes de las revoluciones de 1917 que derrocaron al Imperio ruso y dieron lugar a la creación de la Unión Soviética, Rusia era conocida coloquialmente como la «casa de María» porque había más santuarios e iglesias dedicados a la Virgen que en ningún otro país de la época.

Durante las apariciones de Fátima en 1917, la Santísima Virgen María reveló tres secretos.

El segundo secreto era una declaración de que la Primera Guerra Mundial terminaría, y una predicción de otra guerra que comenzaría durante el reinado de Pío XI si el mundo continuaba ofendiendo a Dios y Rusia no era consagrada al Inmaculado Corazón de María.

Sor Lucía, una de las tres videntes de Fátima, recordó en sus memorias que Nuestra Señora pidió «la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la Comunión de reparación en los Primeros Sábados» para evitar una segunda guerra mundial.

Dijo que la Virgen María le dijo:

«Si se atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, extenderá sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas

Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y se concederá al mundo un período de paz.»

El 24 de febrero, el día en que Rusia lanzó una invasión a gran escala de Ucrania, la conferencia episcopal también pidió que todos los católicos de rito latino en Ucrania rezaran a la Virgen:

«Ahora es el momento de unirse en la oración: en nuestras familias, con nuestros vecinos, en nuestras comunidades de oración y en cada parroquia. Animamos a los sacerdotes a que desde hoy, después de cada Santa Misa, además de cantar la súplica, recen el Acto de Consagración de Ucrania al Corazón Inmaculado de la Madre de Dios.

Rezamos juntos el rosario u otras oraciones por la paz, por los gobernantes de nuestro Estado, por nuestro ejército y por todos los que defienden nuestra patria, por los heridos y los muertos, así como el recuerdo de los que iniciaron la guerra y fueron cegados por la agresión.

Protejamos nuestros corazones del odio y la ira contra nuestros enemigos. Cristo da una clara instrucción de que debemos rezar por ellos y bendecirlos».

infovaticana/infocatólica

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