Los días del 5 al 8 de marzo de 2021, el Papa Francisco llevará a cabo el 33º viaje apostólico de su pontificado. El Sumo Pontífice viajó a Irak, la tierra de Abraham, cuna de una gran civilización. El lema de su viaje es TODOS USTEDES SON HERMANOS. Se trata de un viaje a una tierra con muchas heridas, donde la comunidad cristiana ha sido golpeada por la persecución, la discriminación y el martirio.
Conforme a los datos difundidos por la Sala de Prensa del Vaticano, entre 2003 y 2015 murieron asesinados 1200 cristianos, y 62 iglesias fueron dañadas o destruidas por el Estado Islámico. Irak tiene una población de 38 millones 836 mil habitantes, la mayoría musulmanes (sunitas y chiítas). La comunidad cristiana representa una minoría, se encuentra articulada en comunidades caldeas, siriacas, armenias, latinas, melquitas, ortodoxas y protestantes. Según datos de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, los fieles católicos en Irak son 590 mil.
En su viaje apostólico a este país de Medio Oriente, el Papa visitará la capital, Bagdad; Ur, la ciudad del patriarca Abraham, también Qaraqosh y Mosul, ciudades “mártir” azotadas por la violencia del Estado Islámico y la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.
En su segundo día de visita a Irak, el Papa Francisco participó en un encuentro interreligioso en Ur, la tierra del patriarca Abraham donde invitó a construir la fraternidad y a ser testigos de Dios. Ahí se leyó un pasaje del libro del Génesis donde se relata la salida de Abraham de Ur hacia la tierra de Canaan, así como un pasaje del Corán relativo al patriarca Abraham.
Frente a líderes religiosos, el Papa Francisco habló del origen común de judíos, cristianos y musulmanes. “somos fruto de la llamada de Dios a Abraham y de su viaje fuera de la tierra de Ur, de la que salió confiando en la promesa de Abraham”. “Tenemos la función de ayudar a nuestros hermanos a elevar la mirada y la oración al Cielo, conscientes de que el ser humano necesita de Dios”.
“El ser humano no es omnipotente”, dijo el Papa. “Por sí solo no puede hacer nada. Si elimina a Dios, acaba postrándose ante las cosas de este mundo”. Las cosas de este mundo “hacen que muchos se olviden de Dios”. La verdadera religiosidad se expresa en la adoración a Dios y el amor al prójimo. El creyente está llamado a testimoniar la bondad divina y a mostrar la paternidad de Dios mediante la fraternidad.
El Papa Francisco se refirió a los abusos y atrocidades cometidas por terroristas en el norte de Irak; pero también elogió a los jóvenes voluntarios musulmanes de Mosul, que ayudaron a reconstruir iglesias y monasterios, construyendo amistades fraternas, en medio de los escombros del odio, así como a los cristianos y musulmanes que también restauran juntos mezquitas e iglesias.
El Papa Francisco hizo un llamado para que “en todas partes se respete la libertad de conciencia y la libertad religiosa, que son derechos fundamentales, porque hacen al hombre libre de contemplar el cielo para el que ha sido creado”
Así como Abraham tuvo que salir de su tierra, nosotros sus descendientes, señaló el Papa, debemos dejar vínculos y apegos que nos impiden que acojamos el amor infinito de Dios y que vivamos la fraternidad.
Refiriéndose a la pandemia, señaló “nadie se salva solo”. En las tempestades que estamos atravesando “no nos salvará el aislamiento, la idolatría del dinero ni el consumismo”. El camino que el cielo nos indica a nuestro recorrido es el camino de la paz.
En la ciudad del patriarca Abraham el Papa Francisco llamó a rechazar la proliferación de las armas, la ambición del dinero, así como cuidar la creación y la vida humana. “Nos toca a nosotros recordarle al mundo que la vida humana vale por lo que es y no por lo que tiene, y que la vida de los niños por nacer, ancianos, migrantes, hombres y mujeres de todo color y nacionalidad siempre son sagradas y cuentan como las de todos los demás”
El camino de Abraham no fue fácil, señaló, “el patriarca tuvo que enfrentar luchas e imprevistos”. “También nosotros como Abraham necesitamos dar pasos concretos, necesitamos caminar para descubrir el rostro del otro”. Al término de la alocución del Papa, los representantes de las diversas religiones rezaron juntos la oración de los hijos de Abraham.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes