Biden decretó el fin del Deporte Femenino. ¿Las feministas están mudas?

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Estimados Stilumcuriales, me encontré con este post de Simone Pillon, y me pareció correcto compartirlo con ustedes, para tocar, aunque sea de pasada, uno de los argumentos más disparatados -y contradictorios- apoyados por la nueva administración de Estados Unidos, la de Joe Biden, bajo la mirada complaciente de jesuitas como James Martin y los líderes del Vaticano. Me pregunto si las feministas no tienen nada que decir al respecto, ya que es una injusticia del más alto nivel y un ataque, si alguna vez lo hubo, a la dignidad de las mujeres. Por mi parte puedo decir que desde hace más de medio siglo me interesan las disciplinas deportivas y marciales; que he conocido a muchas mujeres practicantes de excelente nivel, pero que el enfrentamiento sobre la fina alfombra de lucha con los compañeros masculinos fue en la gran mayoría de los casos en contra de la parte femenina. Y estamos hablando de disciplinas de lucha en las que la agilidad, la velocidad y el estado de alerta pueden equilibrar la masa muscular y la fuerza pura. Que disfruten la lectura.

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Simone Pillon.

Esta es Allyson Felix. Ganó lo que sea. Tiene más medallas de oro que Bolt. Corre 400 metros en 49,26 segundos. Desde hace unos días sus medallas ya no valen nada ¿Por qué?

Porque Biden, al imponer entre sus primeros actos las ideologías de género quejumbrosas (que no existen) ha establecido que los hombres (siempre que se sientan mujeres en ese momento) pueden competir libremente en las competencias femeninas.

Sería como establecer que un deportista de 25 años (masculino, por lo tanto sin apóstrofe) puede competir con los menores de 14 o mayores de 65, en función de la edad autopercibida.

Supongo que solo en las universidades estadounidenses hay al menos 300 jóvenes capaces de hacerlo mejor que Allyson, sin contar el resto del mundo… Esto significa que ninguna mujer podrá ganar más una competencia de atletismo.

Si yo lo hubiera propuesto, habrían dicho que Pillon quiere confinar a las mujeres a concursos de cocina y bordado, pero como se lo han impuesto, dirán que los pasteles son exquisitos y los encajes hermosos.

¡Vergüenza! Detengamos esta idiotez.

Estamos con Allyson y su sonrisa. Viva por las niñas que practican deportes y tienen todo el derecho a poder competir con otras niñas y no con hombres que buscan medallas fáciles.

P.D.: esta publicación podría ser considerada discriminatoria en base a la aprobada ley italiana Zan, y cuesta hasta 6 años de prisión, además de la prohibición de realizar actividades políticas, de tener carnet de conducir, pasaporte y carnet de caza.

Si me arrestan, tráiganme naranjas sicilianas.

Marco Tosatti.

Stilum Curiae.

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