El Beato Duns Escoto (1265/66-1308) indica cuatro razones por las que uno no puede evitar ser devoto de María Santísima
Primera razón:
La Inmaculada Concepción «omnipotente». Por gracia María fue preservada del pecado original desde el primer momento de su concepción. Por eso María, desde la eternidad, es la más sublime y perfecta de las criaturas. De aquí entendemos que María, aunque no omnipotente por naturaleza (porque sólo Dios lo es), fue elevada a ser en cierto modo «omnipotente» por gracia.
Segunda razón :
La Inmaculada corredentoraEl hombre puede recibir la gracia santificante en el momento del Bautismo merecido por la redención realizada por Cristo. María fue preservada del pecado de antemano, es decir, en vista de lo que Cristo hubiera merecido con su Pasión y Muerte. De este modo María, precisamente porque era muy pura y nunca tocada por el pecado, pudo participar verdaderamente en la redención de Cristo desempeñando un papel de corredención.
Tercera razón :
La Inmaculada guía en la lucha contra SatanásLa extraordinaria grandeza de la Virgen nos hace comprender cuán indispensable es en la lucha entre el Bien y el Mal que tiene su campo de batalla en la historia. Luchar contra Satanás significa luchar junto a la Inmaculada. De hecho, elige a la Inmaculada Concepción como guía.
Cuarta razón :
Sin la Inmaculada no tendríamos a CristoCristo nos fue dado por la Inmaculada Concepción con su fiat; por lo tanto para vivir con Cristo hay que vivir con María. No hay otra posibilidad. La Inmaculada era el único medio para obtener a Cristo, por tanto Ella es el único medio para ir a Cristo.
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