En el primer domingo de Adviento, el Papa presidió la oración del Ángelus desde la Casa Santa Marta, dejando la lectura del comentario al Evangelio del día a monseñor Paolo Braida, de la Secretaría de Estado. En su catequesis recordó que en este tiempo se puede sentir cerca a Jesús a través de la oración y acogiendo a los más necesitados. Tras la oración mariana, sus pensamientos fueron a Tierra Santa, Filipinas, herida por un atentado en una iglesia.
El día previo, la oficina de prensa del Vaticano había advertido textualmente que hoy el Papa no volvería a salir al balcón del Palacio Apostólico,debido a su estado de salud.
«Para evitar exponerse a cambios bruscos de temperatura, mañana por la mañana el Papa Francisco recitará el Ángelus en conexión desde Casa Santa Marta.», informó.
Es el tiempo de la espera del nacimiento de Jesús, un tiempo que se puede aprovechar para preparar cuidadosamente «la casa del corazón». Este fue el centro de la reflexión del Papa quien, por segundo domingo consecutivo, presidió el rezo del Ángelus desde la Casa Santa Marta: una precaución por su salud, que en cualquier caso está mejorando.
“Aún hoy no podré leerlo todo: estoy mejorando, pero la voz todavía no me da. Monseñor Braida leerá la catequesis”
Queridos hermanos, hoy nos hace bien preguntarnos cómo podemos preparar un corazón acogedor para el Señor. Podemos hacerlo acercándonos a su perdón, a su Palabra, a su mesa, encontrando espacio para la oración, acogiéndolo en los necesitados.
“Cultivemos su espera sin distraernos con tantas cosas inútiles y sin quejarnos todo el tiempo, sino manteniendo el corazón vigilante, es decir, ansioso de Él, despierto y preparado, impaciente por encontrarlo”
«Estén vigilantes»
Francisco se detuvo en la exhortación que Jesús pronuncia tres veces “Estén vigilantes” y subrayó que la vigilancia no es una virtud que conlleve el miedo al castigo, «como si un meteorito estuviera a punto de caer del cielo y nos amenazara con aplastarnos, si no nos apartamos a tiempo». La vigilancia cristiana está bien expresada en la parábola de los criados que esperan a su amo, sin miedo pero sintiendo un fuerte deseo de encontrarse con él.
“Se preparan para su regreso porque lo quieren mucho, porque esperan que, cuando llegue, encuentre una casa acogedora y ordenada: están felices de volver a verlo, hasta el punto de que esperan su regreso como si fuera una fiesta para toda la gran familia a la que pertenecen”
Con la misma actitud – dijo el Santo Padre – podemos prepararnos para la Navidad.
Jesús está en los hermanos que encontramos
El Papa Francisco invitó a hacer de nuestro corazón una casa ordenada y acogedora, asumiendo la actitud del centinela que no se deja vencer por el cansancio, sino que permanece vigilante «esperando que llegue la luz». Y a modo de ejemplo recordó a san Martín de Tours quien, después de dar la mitad de su manto a un pobre, soñó con Jesús vestido con esa parte del manto que había dado.
“He aquí un hermoso programa para el Adviento: encontrar a Jesús que viene en cada hermano y hermana que nos necesita, y compartir con ellos lo que podamos: escucha, tiempo, ayuda concreta”
Benedetta Capelli.
Ciudad del Vaticano