El 24 de agosto os informábamos del desagradable caso de Matthew Hood, un sacerdote americano que, viendo un vídeo de su bautizo, descubrió que en realidad no era sacerdote. Es más, se percató de que ni siquiera era católico. Pues bien, la historia se ha repetido con otro sacerdote, el padre Zachary Boazman, de la archidiócesis de Oklahoma City, cuya situación ha explicado la propia diócesis a través de un comunicado.
Todo se remonta al comienzo de 2020, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió una nota doctrinal en la que alertaba de que los bautismos no eran válidos si se cambiaba la fórmula bautismal. En concreto, decir “nosotros te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” no confiere el sacramento del bautismo. El ministro ha de decir: “Yo os bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
La Congregación señaló que el Concilio Vaticano II había establecido que nadie “incluso si es sacerdote, puede agregar, quitar o cambiar nada en la liturgia por su propia autoridad”.
El Padre Boazman fue bautizado, confirmado y recibió la eucaristía el 8 de septiembre en la iglesia de San Francisco de Asís de Oklahoma. Fue ordenado por el propio Coakley diácono y sacerdote el 12 de septiembre en la misma iglesia.
Debido a que el bautismo del padre Boazman fue inválido, las misas que celebró, las confesiones que escuchó y las bodas que presenció antes de ser bautizado y ordenado válidamente, también fueron inválidas. La semana pasada, Coakley validó los matrimonios celebrados por el padre Boazman en la archidiócesis de Oklahoma City. Boazman no había celebrado el sacramento de la Confirmación y los bautismos que realizó no se vieron afectados, ya que cualquiera puede bautizar siempre y cuando use la redacción requerida con la intención adecuada, dice el comunicado de la diócesis.
“Esta ha sido una experiencia desgarradora para el padre Zak, pero que supo llevar con paciencia y gracia”, dijo el arzobispo Coakley. “Estoy seguro de que la semana pasada, por muy inquietante que haya sido, fortalecerá aún más la determinación del padre Zak de servir al pueblo de Dios y le hará apreciar aún más profundamente el don del sacerdocio”.
Con información de InfoVaticana/Fernando Beltrán