En plena pandemia de coronavirus, con una segunda ola de casos que ha provocado decenas de miles de contagios y con cada vez más personas siendo hospitalizadas, el Gobierno quiere seguir adelante y “acelerar” su proyecto de ley de eutanasia. De hecho, este jueves se debate en el Congreso las enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Vox, y que previsiblemente serán rechazadas sin problemas después de que en febrero pasase el Ejecutivo pasase el primer filtro con 201 votos a favor, 140 en contra y dos abstenciones.
El Gobierno de PSOE y Podemos tiene prisa en legalizar la eutanasia. Así lo ha reconocido la diputada socialista y exministra María Luisa Carcedo, que ha declarado a los medios que espera que en la votación se repitan los apoyos para así “acelerar todo lo que se pueda para que la ley de eutanasia vea la luz cuanto antes”.
Esta ofensiva gubernamental para legalizar la eutanasia ha provocado grandes críticas entre importantes médicos. Uno de ellos es Jacinto Bátiz, uno de los mayores expertos en cuidados paliativos en España. A través de Twitter ha denunciado que “nuestros políticos desaprovechan una oportunidad para demostrar su sensibilidad humana ante el dolor de los ciudadanos. En medio de tantas muertes y batallas para luchar contra ella durante esta pandemia, debaten una ley para que los médicos ayudemos a adelantarla. ¿Es el momento?”.
Nuestros políticos desaprovechan una oportunidad para demostrar su sensibilidad humana ante el dolor de los ciudadanos. En medio de tantas muertes y batallas para luchar contra ella durante esta pandemia, debaten una ley para que los médicos ayudemos a adelantarla. Es el momento? pic.twitter.com/OmAqyVacW5
— Jacinto Bátiz (@JBtiz) September 9, 2020
Bátiz, que entre 1993 y 2017 fue el jefe de Área de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce (Vizcaya) y ahora dirige el Instituto para Cuidar Mejor avisa que “un Parlamento que antes de legislar sobre cuidados paliativos legisle sobre la eutanasia será un Parlamento poco responsable y poco sensible con lo que necesitan sus ciudadanos, ser cuidados adecuadamente, no eliminados”.
Y el punto fundamental que demuestra el carácter ideológico de este proyecto de ley es el abandono de los cuidados paliativos, y la apuesta decidida por la eutanasia. Y así lo denuncian numerosos expertos médicos, que durante años y especialmente durante estos meses han ido mostrando por qué esta ley no debe ser aprobada.
Estos son algunos de los argumentos ofrecidos por algunos de estos médicos referentes en la materia:
1. Va contra la medicina y la mayoría de médicos no la quieren.
Serafín Romero, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, ha repetido por activa y por pasiva que España no necesita la eutanasia y que más del 70% de los profesionales médicos no la aprueban.
«La eutanasia no es un problema médico, es más, va totalmente en contra del ser médico porque éste no es nuestro deber. El Código de Deontología Médica deja claro que ‘el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste’ y la Asociación Médica Mundial (AMM), integrada por 106 asociaciones de todo el mundo, que representa a más de nueve millones de médicos, en su última declaración al respecto considera que ‘el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética’».
Jacinto Bátiz es uno de los mayores expertos en cuidados paliativos en España
2. La eutanasia arrincona a los cuidados paliativos.
El doctor Bátiz explicaba en una entrevista con ReL que en 25 años atendiendo a personas al final de la vida aplicando cuidados paliativos “muy pocos pacientes me han pedido la eutanasia. Cuando lo han hecho y les he preguntado por qué, me han dicho que lo que no quieren es sufrir y vivir con ese sufrimiento. o les he ofrecido todo para aliviar su sufrimiento y ya no volvieron a pedirla más”.
“Lo primero debe ser una ley de atención médica al final de la vida y si una vez que esta ley está universalizada y todos los ciudadanos pueden acceder a ella hay ciudadanos que aún así persisten en acabar con su vida entonces los políticos sí podrían plantear una ley. Pero la OMS ya lo dijo en 1993, un gobierno que antes de elaborar una ley de cuidados paliativos aprueba la eutanasia es un gobierno irresponsable”, agregaba.
Aunque los defensores de la eutanasia lo niegan, la realidad es que la extensión de la eutanasia repercute negativamente en los cuidados paliativos, que son desplazados del sistema. La Asociación Europea de Cuidados Paliativos ha criticado duramente el modelo de cuidados paliativos utilizado en Bélgica y Holanda. Los médicos de cuidados paliativos con más experiencia insisten en que pueden ayudar a sobrellevar el dolor y el sufrimiento de sus pacientes sin eutanasia
3. Pendiente resbaladiza
El doctor Manuel Martínez-Sellés, catedrático de Medicina y jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y autor del libro Eutanasia, un análisis a la luz de la ciencia y la antropología (Rialp) advierte que la eutanasia se ha descontrolado allí donde lleva años aplicándose.
“La historia nos demuestra lo rápido que se llega a la eutanasia en enfermos psiquiátricos, dementes, ancianos vulnerables y recién nacidos discapacitados. En Holanda la eutanasia se aplica ya no sólo a enfermos, sino simplemente a gente que no quiere vivir, sin que exista razón médica. Además, la eutanasia tiende a hacerse especialmente accesible y es dirigida de forma prioritaria a las clases económicamente más débiles, los grupos étnicos desfavorecidos y a las personas más vulnerables. Al limitar la oferta en cuidados paliativos, estos se pueden convertir en un lujo para aquellos con determinado poder adquisitivo”, afirma uno de los médicos más prestigiosos de España.
4. El peligro para los más débiles y vulnerables
Pablo Requena, sacerdote, médico experto en Bioética y delegado de la Santa Sede en la Asamblea Médica Mundial, señalaba a ReL que la eutanasia se vende como una manifestación de libertad, “pero hay que ver la libertad para quién”. Y para ello ponía en el foco a muchas personas “vulnerables” que con esta ley “de alguna manera se encontrarán presionadas a decidir y a contestar a la pregunta de por qué quieren seguir viviendo y por tanto de por qué quieren seguir siendo un peso para su familia y la sociedad”.
“Se presenta como una ley que aumenta las libertadas, pero no sé hasta qué punto aumenta o complica aún más la vida a tantas personas vulnerables que tenemos en la sociedad ahora mismo, y que serán cada vez más”, agrega.
El propio doctor Selles ahonda en este punto asegurando que “en un país sin eutanasia, los médicos y otros profesionales sanitarios se esforzarán por curar esta depresión y devolver las ganas de vivir, y frecuentemente tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión, tenderán a eliminar al paciente deprimido”. De hecho, recuerda que “muchos pacientes sienten que sobran, que son una carga o una molestia para su familia, que son ignorados, o que están solos. Este es un caldo de cultivo para solicitar la eutanasia. Nuestra tarea como médicos y como sociedad debe ser reconducir esa situación con cariño y acompañamiento”.
5. Un mensaje confuso sobre el suicidio
El suicidio se cobró en España el pasado año más de 3.600 vidas. Es un problema de grandes dimensiones pero al que las autoridades no saben cómo enfrentarse. Para ver la gravedad de la situación, vale comparar esta cifra con los 1.200 muertos por accidentes de tráfico, una cifra tres veces inferior. Mientras se quiere atajar el incremento de los suicidios, una ley de eutanasia y de suicidio asistido permitiría a las personas deprimidas, solitarias o que no ven una salida a sus problemas a poder suicidarse con la ayuda del Gobierno. El Estado sería el cooperador necesario.
6. La eutanasia da a los médicos un poder sin precedentes
A tenor de lo visto en Bélgica y Holanda, muchos médicos tienen ahora en sus manos el poder decidir sobre la vida o muerte no sólo de pacientes en estado terminal, sino de personas sanas o con problemas con una solución factible. De su buen hacer o no dependen muchas vidas. El doctor Patrick Wyfells es un médico de cabecera belga, y entre su trabajo está aceptar o no las peticiones de eutanasia. Afirma: “Estoy asustado del poder que tengo en este momento”.
Con información de Religión en Libertad/Javier Lozano