Durante la conferencia de prensa matutina del 1 de noviembre, a pregunta expresa de los reporteros, el presidente López Obrador dio su opinión acerca del mensaje al pueblo de Dios de los obispos de México en defensa del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En lo que acostumbra el discurso del presidente, mil ideas para repartir culpas, maniqueísmo y el tono populista de conciliación, López Obrador aseguró respetar la posición del Episcopado Mexicano; sin embargo, expresó su desacuerdo con el mensaje al pueblo de Dios de la Conferencia del Episcopado Mexicano difundido el 31 de octubre.
“Somos muy respetuosos de la Iglesia católica y de todas las iglesias. La verdad es muy buena la relación con todas las iglesias y excepcional la relación con el Papa Francisco”.
Aprovechó esa coyuntura para colgarse, como en otras ocasiones, de la sotana del Papa Francisco asegurando que el Pontífice es el mejor que la Iglesia católica ha tenido en mucho tiempo. “Sin duda, el mejor Papa para con nosotros los mexicanos en circunstancias de transformación…”
Refiriéndose al mensaje de los obispos, AMLO aseguró respetarlo, pero fue el eslabón para desarrollar, su idea del pueblo como detentador del poder y, como en otras ocasiones, acusar a diversos pontificados que, a decir del presidente, no han sido favorables a las causas de los mexicanos.
“Porque el Papa que ejercía en la época de la independencia condenó a los insurgentes independentistas. Del Papa que estaba en funciones durante el movimiento de Reforma, excomulgó a los liberales y el Papa Pío noveno o décimo -décimo- que estaba en funciones cuando la revolución, reconoció a Huerta y no se pronunció en contra del asesinato de Madero, apóstol de la democracia. Este Papa Francisco, es otra cosa… verdadero cristiano, está en favor de los desposeídos, está en favor de los pobres, no tiene nada que ver con la Iglesia de las élites, nada que ver con aquella Iglesia que condenó a Hidalgo, el padre de nuestra patria, ni con la Iglesia que tiene vínculos con las élites del poder que no se relaciona con el pueblo y, sobre todo, con los pobres… Francisco es un auténtico, un verdadero cristiano”.
Señalando de nuevo que la Iglesia católica de México tiene una visión la cual dice respetar “aunque no estamos de acuerdo con ese punto de vista”, el presidente enfatizó su idea de soberanía al puntualizar la etimología de democracia y su concepción de la Iglesia como reunión del pueblo:
“Solo es cosa que se diga que la palabra democracia se compone de dos partes: Demos es pueblo y krátos, poder. La democracia es el poder del pueblo y hay quienes quienes, los conservadores, los oligarcas, que nada más haya krátos sin demos, poder sin pueblo…No! No es el caso de la Iglesia, porque la Iglesia somos todos, la Iglesia es todo el pueblo”.