La Policía Nacional de Nicaragua, al servicio del régimen de Daniel Ortega, confirmó, a través de un comunicado de prensa, que había detenido a monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador diocesano de Estelí. Según la vicepresidenta Rosario Murillo, el prelado se encuentra bajo arresto domiciliario en casa de su familia. Detalle confirmado por la Arquidiócesis de Managua.
La policía dice que el obispo «pudo reunirse con sus familiares» ayer por la mañana, después de haber sido arrestado en la noche.
También informaron que “lo visitó el cardenal y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, y ambos conversaron largo rato”.
El régimen de Daniel Ortega acusa a Mons. Álvarez y sus colaboradores (sacerdotes y laicos, a su vez detenidos) de sedición y la detención está motivada por la necesidad de “recuperar la normalidad para los ciudadanos y familias de Matagalpa”.
Se acusa al obispo de no haber respondido a los pedidos de la policía; las jornadas de oración ante el Santísimo Sacramento, los rosarios y las transmisiones a través de las redes sociales son consideradas «actividades desestabilizadoras y provocadoras», para lo cual fue «necesario» el llamado operativo de orden público.
La Policía anuncia que “las demás personas que han sido trasladadas a Managua siguen siendo objeto de los trámites respectivos en la dirección de asistencia judicial”, mientras que “en la curia de Matagalpa permanece, como autoridad eclesial y sin ningún tipo de restricción policial ni de movilidad, el vicario, Mons. Óscar Escoto».
Poco después, un comunicado de la arquidiócesis de Managua confirmó el encuentro entre Mons. Álvarez y el Cardenal Brenes. El arzobispo expresó su solidaridad y cercanía con el cohermano. Destacó que el «estado físico» de Mons. Álvarez “se ha deteriorado”, pero “tiene la moral y el ánimo fuertes”. Y confió en que esta situación se supere, dentro de una actitud «respetuosa».
MANAGUA, Nicaragua.
Sábado 20 de agosto de 2022.
AGENSIR.