El pasado 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, más de mil personas escoltaron en peregrinación a la imagen de Nuestra Señora de la Cristiandad desde la catedral de Oviedo hasta la basílica de Covadonga: más de cien kilómetros y tres largas jornadas de andadura.
Es el segundo año que Nuestra Señora de la Cristiandad organiza esta peregrinación. Ya parece llamada a consolidarse como una de las ofertas espirituales de verano en España.
Habiendo tenido la experiencia de acompañar a los peregrinos hasta la Santa Cueva de Covadonga, recogemos en Religión en Libertad algunas claves de esta peregrinación, aspectos en que la Iglesia puede verse beneficiada.
1º) Épica de «reconquista» por la fe y las almas
La fecha y el recorrido de la peregrinación no podrían ser más significativos: los cien kilómetros son realizados entre el 23 y el 25 de julio –solemnidad de Santiago Apóstol- desde Oviedo a Covadonga, donde Pelayo comenzó hace 1300 años la magna tarea de reconquistar para la Cristiandad a la España sometida al dominio islámico.
El aroma a épica religiosa y combate espiritual es notable en cada capítulo -los distintos grupos de peregrinos-, en los estandartes consagrados a las advocaciones marianas y en los cientos de antiguas banderas.
2º) Afán de apostolado
Uno de los capítulos (grupos) en los que más se plasmó la universalidad de la Iglesia fue el de Nuestra Señora de las Victorias, con una clara impronta de los tercios españoles definida en su bandera y su alabarda como estandarte.
Su fundador, Javier Alonso, encuentra en el afán de apostolado uno de los rasgos más significativos de la peregrinación y observa que «entre los peregrinos se muestra el deseo patente de llevar la Verdad católica de Jesucristo a todos los rincones de la sociedad».
Las relaciones y conversaciones que se establecían en el día a día, incluso con los peatones o trabajadores de las localidades donde llegaba este «ejército de fieles» fueron una muestra palpable de ello.
En el caso de su capítulo, Javier explica que sus integrantes se conformarían con poder llevar la fe y el Evangelio a quienes les rodean, del mismo modo que en los siglos que inspiran su capítulo, «otros llevaron la cristiandad hacia los nuevos territorios que se descubrieron». «El apostolado por Cristo, por la Iglesia y la oración por la conversión de España a Cristo son rasgos que queremos que caractericen a Nuestra Señora de las Victorias. No somos un ejército como entonces, pero sí un pequeño ejército que debe dar la batalla espiritual«, añade.
Algunos de los integrantes del capítulo de Nuestra Señora de las Victorias.
3º) Jóvenes y matrimonio jóvenes: un rejuvenecimiento
Es tan solo la segunda edición de la peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga y los capítulos «de familias» ya son una parte imprescindible de la misma, aglutinando a decenas de jóvenes matrimonios. Los hijos, en vez de ser un impedimento para peregrinar, son para ellos una motivación más.
Estos capítulos, junto con la reducida edad media de los asistentes, son también una de las notas principales de la «matriz» francesa Notre Dame de Chretiente: así se llama la organización que comenzó la famosa peregrinación entre las catedrales de Notre Dame de Paris y Chartres hace 40 años y que reúne a cada año a más de 15.000 jóvenes, religiosos y familias. También en Argentina hay grupos que se han inspirado en este formato para una peregrinación similar a Nuestra Señora de Luján.
Fue precisamente un tema nuclea de la homilía de clausura de la peregrinación, donde se fomentó «un estilo de vida que va contra los males del mundo» desde la familia cristiana, la paternidad o la vocación religiosa.
4º) El clero influencer, comprometido con la Cristiandad
En la peregrinación también participaron decenas de sacerdotes y seminaristas provenientes de varios países -desde Estados Unidos o Francia hasta España y Argentina- y organizaciones religiosas cuyas diferencias quedaron prácticamente anuladas durante aquellos tres días por una pasión común: la liturgia tradicional.
Entre ellos estuvieron presentes algunos tan mediáticos como el padre Pablo Pich, Javier Olivera Ravasi, o Francisco José Delgado entre otros, muchos de los cuales no celebran la Misa Tradicional a diario, pero admiten encontrar en ella un tesoro que, cada vez, es para ellos más difícil de evitar.
5º) Buscar «la unidad en la fe»
El fundador del capítulo de Nuestra Señora de las Victorias relata que el hermanamiento que se dio entre sacerdotes de distintos institutos y congregaciones ocurrió del mismo modo entre los propios peregrinos.
En el caso de su capítulo, conformado por cerca de 40 personas, las procedencias, dedicaciones y sensibilidades religiosas eran multitud: estudiantes de colegios de la Obra, recientes conversos, ingenieros, amas de casa o profesores, originarios de Ciudad Real, Burgos, La Rioja, San Sebastián, Madrid o Argentina…
Pocos de ellos se conocían anteriormente, pero Alonso resalta la fraternidad que en tan solo dos días hizo mella en el corazón esta «gran empresa». ¿El motivo? Para él se trata de «la unidad en la fe» que debe a mover a los católicos y que ya está llevando a los miembros del capítulo a apuntarse como «ángeles guardianes» de la peregrinación hermana de Argentina, aún sin conocer a ninguno de los integrantes, para rezar cada día por ellos.
6º) El gran motor, difundir la espiritualidad de la Iglesia universal
Aunque no es el único, el de la Misa Tradicional es uno de los principales motores y motivos de estas nuevas amistades que se dieron ante la Virgen de Covadonga. Javier detalla que en 2018 algunos integrantes de lo que hoy es el capítulo de Nuestra Señora de las Victorias ya realizaron esta peregrinación a Covadonga en los mismos días y con una ruta muy similar, como si fuesen «precursores» inconscientes de la reciente peregrinación. ¿El motivo? El mismo que hoy tiene Nuestra Señora de la Cristiandad, difundir «la espiritualidad en torno a la misa tradicional«.
«Es una gran fuente de espiritualidad que puede ayudar a muchos jóvenes y no tan jóvenes a nutrirse del alimento del que se ha nutrido gran parte del pueblo cristiano desde el siglo IV hasta mediados del siglo XX», explica. Especialmente, dice, «tantos santos de la Iglesia desde los primeros siglos del cristianismo hasta los mártires antiguos y recientes de la Iglesia española, pasando por Santa Teresa, San Gregorio Magno, San Francisco Javier o San Agustín», menciona.
Por José María Carrera
Viernes 29 de julio de 2022.
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