Ante la crítica de la Diócesis de Orizaba, que circuló un aviso para pedir a sus fieles que no se dejen “sorprender ante personas que se hacen pasar por sacerdotes”, el arzobispo primado de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, monseñor Abad, pidió respeto ecuménico a la iglesia romana y aclaró que sus sacerdotes son “legítimos”.
La reacción de la iglesia romana de Orizaba se dio luego de que en la comunidad de Atempa, municipio de Tlaquilpa, los sacerdotes Bernardo Reyes Hernández y Fernando Paipa, fueron invitados a una celebración privada de XV años, que se llevó a cabo en un domicilio particular, con apenas unas cuantas personas y siguiendo todos los protocolos sanitarios y de sana distancia.
“Primero, quiero aclarar que nuestros sacerdotes están siguiendo al pie de la letra las disposiciones que marca la autoridad para este tipo de celebraciones y en segundo lugar, decirles que la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo es una institución legítimamente constituida y los sacerdotes Bernardo y Fernando fueron ordenados y poseen el orden sacramental”.
Dijo que ellos, como miembros de la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo, han sido respetuosos de los templos católicos romanos y de sus autoridades, “pero no vamos a permitir que ahora intenten desprestigiarnos o señalar que no tenemos autoridad o estamos usurpando un ministerio que no nos corresponde”.
Monseñor Abad citó el artículo segundo de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que señala a la letra que el Estado Mexicano garantiza en favor del individuo, los siguientes derechos y libertades en materia religiosa:
“Tener o adoptar la creencia religiosa que más le agrade y practicar, en forma individual o colectiva, los actos de culto o ritos de su preferencia” y “no ser objeto de discriminación, coacción u hostilidad por causa de sus creencias religiosas ni ser obligado a declarar sobre las mismas”.
También se refirió al Artículo 8, párrafo tres, que indica que las Asociaciones religiosas deberán “respetar en todo momento los cultos y doctrinas ajenos a su religión, así como fomentar el diálogo, la tolerancia y la convivencia entre las distintas religiones y credos con presencia en el país”.
Además, comentó que en el Artículo noveno se indica que las asociaciones religiosas no solo pueden organizarse libremente, también realizar actos de culto público religioso, así como propagar su doctrina, sin contravenir las normas.
Monseñor Abad destacó que la Iglesia Católica, Apostólica, Ecuménica, Siervos del Espíritu Santo es una institución legalmente constituida y sus obispos, sacerdotes y diáconos fueron ordenados legítimamente y tienen las facultades para impartir los sacramentos, independientemente de que algunos de ellos hayan estado antes en la Iglesia Católica Romana.
Con información de El Sol de Orizaba/Edgar Reyes