Muchos católicos se limitan a rezar y a repetir fórmulas memorizadas pero no oran, además de que tienen la costumbre de “condicionar” a Dios cuando presentan una petición, reprochó el obispo de la diócesis de Victoria Antonio González Sánchez.
“No me refiero a rezar fórmulas, alguien puede rezar el rosario todos los días pero no está orando porque su mente anda en otra parte. Vuelvo a decir: a Dios hay que buscarlo en la soledad. La oración es hablar y escuchar a Dios, por eso se sugiere que tomemos la Biblia, porque ahí Dios me habla; el creyente aprende a orar contemplando a Jesús orando… Jesús es el Maestro”.
Durante la celebración eucarística del domingo que presidió en Catedral del Sagrado Corazón de Jesús y que fue transmitida de manera virtual, González Sánchez fue reiterativo al mencionar que ni siquiera cuando se presentan malos tiempos como el que actualmente se está viviendo en el mundo, los creyentes saben hacer uso de ese recurso tan efectivo para pedir ayuda divina.
El dirigente religioso no dejó de hacer referencia al problema de salud que ha ocasionado el coronavirus en el mundo, ni a la serie de situaciones que en la vida diaria causan temor; por ello convocó a los creyentes a la reflexión, reconociendo que alejarse de Dios es como dejarse arrastrar por las fuertes olas y vientos que causan infelicidad y sufrimiento humano.
“Hay cosas que nos causan miedo, nos causa miedo la enfermedad, el accidente de un ser querido, la familia que se desune, perder el trabajo, no poder mantener la familia; nos causa miedo la famosa pandemia que estamos sufriendo; ahí, en medio de esas olas y de ese viento contrario que mueve a nuestras familias, que mueve a nuestras personas, que mueve a toda nuestra sociedad y es ahí es donde tenemos que escuchar la voz de Jesús, que penetre hasta el corazón no al oído, tranquilícense y no teman”,
manifestó.
Y agregó:
“Los invito a reflexionar una verdad que estamos viviendo como sociedad, como humanidad, nos hemos alejado de Dios. En nuestro mundo hay muchas cosas que nublan la presencia de Dios, sobre todo cuestiones tecnológicas, hacen que nos hayamos olvidado de él y me parece que este domingo la palabra de Dios nos invita a reflexionar partiendo de ese hecho y aceptando ese hecho. Dios no se aleja, somos nosotros los que nos alejamos”.
El obispo insistió en dos aspectos: aprender a conversar con Dios, proceso de escuchar y hablar con ese ser divino, y no menos: importante, pedir sin condicionar, pedir con verdadera fe.
Con información de Gaceta/Redacción