La propuesta de Pedro Sánchez de Isabel Celaá como nueva embajadora ante la Santa Sede, en sustitución de María del Carmen de la Peña, está pendiente ahora del plácet del Vaticano, que según los usos diplomáticos se demorará algunas semanas.
En 1985, cuando Felipe González propuso al marxista y ateo público y militante Gonzalo Puente Ojea para ese mismo cargo, la respuesta tardó en llegar al Ministerio de Asuntos Exteriores casi el doble de lo habitual, como expresión de disgusto de la Secretaría de Estado. Las circunstancias ahora no son exactamente las mismas, porque Celaá se declara católica, pero su trayectoria como ministra de Educación no ha podido ser más hostil a la escuela católica.
Una petición al cardenal Parolin
En ese sentido, en la plataforma TuFirma.org acaba de lanzarse una campaña de petición de firmas dirigida al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, para pedirle que niegue el plácet a Isabel Celaá como embajadora ante la Santa Sede.
Los firmantes consideran que sería «un insulto» a los católicos y un acto de humillación «con prepotencia» para el Vaticano, al imponerle un representante que ha perjudicado cuanto ha estado en su mano a las escuelas católicas españolas y a los padres que desean una educación religiosa para sus hijos.
De hecho, son ya más de dos millones de personas las que han firmado contra la Lomloe, conocida como «ley Celaá», en buena medida por los motivos que esboza la campaña actual contra su nombramiento.
Captura de TuFirma.org con la campaña contra el nombramiento de Isabel Celaá como embajadora ante la Santa Sede.
Éste es el texto de la campaña:
«El Gobierno español de Pedro Sánchez ha propuesto a la Santa Sede que Isabel Celaá, ex ministra de Educación, sea la embajadora de España ante el Vaticano.
Pedimos al cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, que niegue el necesario «plácet» para ese nombramiento.
Isabel Celaá es una persona cuya trayectoria política la hace totalmente inadecuada para ese cargo.
-Negó, como portavoz del Gobierno, la patria potestad de los padres sobre los hijos en beneficio del Estado.
–Ofendió gratuitamente a la asociación de Escuelas Católicas, que la había invitado cortésmente a inaugurar su congreso anual, afirmando en su discurso ante ellas que la libertad de enseñanza que ejercen no tiene amparo constitucional.
-Ha hecho una ley de enseñanza que impone el adoctrinamiento de los niños en ideología de género y feminismo radical.
-Esa misma ley de enseñanza impone unos criterios orientados a estrangular económicamente a la enseñanza concertada, en su mayoría católica, hasta su extinción.
-Suprimió las ayudas a instituciones educativas para necesidades especiales, una medida de auténtica eugenesia social que perjudica a miles de niños con discapacidad, sobre todo los procedentes de familias con menos recursos.
-Afirma que la enseñanza de iniciativa social es subsidiaria de la estatal, exactamente lo contrario de lo que sostiene la doctrina social de la Iglesia, siendo así que ella se declara católica.
Por todos estos motivos, la decisión de escogerla a ella como embajadora ante el Vaticano solo puede ser interpretado como un insulto del Gobierno a los católicos españoles y un deseo de humillar con prepotencia a la Santa Sede.
Pedimos que, ejerciendo su derecho diplomático, la Secretaría de Estado vaticana niegue el plácet a este nombramiento«.
ReL-