El cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia de Obispos de Inglaterra y Gales, recibió el lunes, en la Catedral de Westminster, en Londres, a una marioneta gigante que representa a una niña refugiada.
“Amal significa «esperanza» en árabe y su nombre es un viaje simbólico en huida de la guerra, en busca de su madre. Creada por la compañía de diseño Handspring Puppet Company, la marioneta está hecha de caña moldeada y fibra de carbono. Representa a una niña de nueve años y lleva la imagen de todos esos niños refugiados y desplazados (unos 34 millones) muchos de ellos separados de sus familias”, leíamos en Vatican News a comienzos de septiembre.
Y es que, esta marioneta de 3,5 metros de altura, y que aspira a ser un símbolo de los niños refugiados del mundo, hizo escala en el Vaticano el pasado 10 de septiembre. El propio Francisco la recibió en el Vaticano, estrechándole la mano en el Patio de San Dámaso, junto al Palacio Apostólico vaticano.
Ahora ha sido el arzobispo de Westminster quien la ha recibido en el interior de la mismísima catedral de Westminster, donde también se le ha podido ver dando un apretón de manos a esta muñeca gigante.
“Hoy en la Catedral de Westminster dimos la bienvenida a Little Amal, una marioneta de 3,5 m de una niña refugiada siria no acompañada que camina en busca de su madre. Nos recuerda a los muchos refugiados que hacen el peligroso viaje y nuestro deber de cuidar a los que llegan entre nosotros”, escribió el purpurado en Twitter.
La marioneta representa a una niña refugiada que salió el 27 de julio de Gaziantep, en la frontera entre Siria y Turquía, y recorre Europa en busca de su madre hasta llegar a Manchester.
Al margen de la legitimidad de apoyar una causa de esta características, muchos se preguntan si es adecuado utilizar los templos para este tipo de actos.
Infovaticana