“Que el mayor entre ustedes sea como el más pequeño”, dice el papa a dos nuevos obispos

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El titular es el pedido y la recomendación del Papa Francisco a los nuevos pastores, que esta mañana en la Basíllica vaticana fueron investidos con el nuevo ministerio. A ellos, la exhortación del Sumo Pontífice a la cercanía, con cuatro indicaciones bien precisas: cercanía a Dios, al pueblo, a los obispos y a los presbíteros. Una cercanía que ha de estar acompañada de dos rasgos: la compasión y la ternura

En la mañana del 17 de octubre de 2021 el Papa Francisco presidió la Santa Misa con la Ordenación episcopal de dos nuevos obispos: “promovidos”, como dijo el mismo Papa, Monseñor Guido Marini, Obispo de Tortona, hasta hoy Maestro de Ceremonias pontificio, y Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario de la Congregación para el Clero. Al colegio episcopal, el pedido del Papa de “acoger con alegría y gratidud a estos hermanos”. A los nuevos obispos, el recordatorio de la tarea del obispo: “más servir que gobernar, según el mandamiento del Maestro: ‘Que el mayor entre vosotros sea como el más pequeño’. Y el que gobierna, que sea como el que sirve».

La obra del Salvador continúa a través de vuestro ministerio

La homilía del Sumo Pontífice partió de la reflexión de la alta responsabilidad a la que están llamados los nuevos pastores, con la memoria del envío al mundo del Sumo Sacerdote, Nuestro Señor Jesucristo, de los doce Apóstoles para que, llenos de la fuerza del Espíritu Santo, anunciaran el Evangelio a todos los pueblos y los reunieran bajo un solo pastor, los santificaran y los condujeran a la salvación”:

Para perpetuar este ministerio apostólico de generación en generación, los Doce reunieron a colaboradores, transmitiéndoles mediante la imposición de manos el don del Espíritu recibido de Cristo, que confería la plenitud del sacramento del Orden. Así, a través de la sucesión ininterrumpida de obispos en la tradición viva de la Iglesia, se ha conservado este ministerio viviente, este ministerio primario y la obra del Salvador continúa y se desarrolla hasta nuestros días. 

Es Cristo quien obra 

Es Cristo, de hecho, quien, “en el ministerio del obispo, sigue predicando el Evangelio de la salvación y santificando a los creyentes mediante los sacramentos de la fe”, afirmó Francisco, dirigiéndose a todo el cuerpo episcopal. “En el obispo rodeado de sus presbíteros” está presente “nuestro Señor Jesucristo mismo, Sumo Sacerdote eterno”.

Es Cristo quien en la paternidad del obispo aumenta con nuevos miembros su cuerpo, que es la Iglesia. Es Cristo quien, con la sabiduría y la prudencia del obispo, guía al pueblo de Dios en su peregrinación terrenal hacia la felicidad eterna.

Luego, el llamado del Papa al colegio episcopal a acoger “con alegría y gratitud a estos hermanos”, que hoy son ungidos con el ministerio a través de la imposición de manos.

“Que el mayor entre ustedes sea como el más pequeño”

A los elegidos del Señor, el Pontífice les pide considerar “que han sido escogidos de entre los hombres y para los hombres”, que fueron “constituidos – no para ellos sino para los demás – en cosas que conciernen a Dios”. «Episcopado», de hecho, – les dice – es el nombre de un servicio”, pues “no existe un episcopado sin servicio”. No es el “nombre”, como querían los discípulos situándose “uno a la derecha, otro a la izquierda”, “de un honor”, ya que la tarea del obispo es “más servir que gobernar, según el mandamiento del Maestro: ‘Que el mayor entre vosotros sea como el más pequeño’. Y el que gobierna, que sea como el que sirve».

Servir – subraya Francisco ­-. Y con este servicio preservarán su vocación y serán verdaderos pastores en el servicio, no en los honores, en la potestad, en la potencia… No: servir, siempre servir.

Proclamen la Palabra en cada oportunidad: oportuna y no oportuna. Amonesten, reprendan, exhorten con magnanimidad y doctrina, sigan estudiando. Y mediante la oración y la ofrenda de un sacrificio por su pueblo, extraigan de la plenitud de la santidad de Cristo las múltiples riquezas de la gracia divina.

Las cuatro cercanías del obispo

Ustedes – continuó el Papa dejando de lado el escrito – “serán los custodios de la fe, del servicio, de la caridad en la Iglesia y para eso se necesita cercanía”. Piensen – les pidió – que la cercanía es el rasgo más típico de Dios: Él mismo se lo dice a su pueblo en el Deuteronomio: «¿Qué pueblo tiene a sus dioses tan cerca como vosotros a mí?». La cercanía, con los dos rasgos que la acompañan, “la compasión y la ternura” fue la recomendación paternal y la exhortación de Francisco a los obispos:

Por favor, no dejen esta cercanía: acérquense siempre al pueblo, acérquense siempre a Dios, acérquense a los hermanos obispos, acérquense a los sacerdotes: estas son las cuatro cercanías del obispo. El obispo es un hombre que está cerca de Dios en la oración. 

La primera tarea: rezar

«Tengo tanto que hacer que no puedo rezar»: puede ser el lamento de alguno a quien el Papa le pide detenerse, recordando lo dicho por Pedro “cuando los apóstoles inventaron los diáconos”:  «Y a nosotros, los obispos – precisó Francisco – la oración y el anuncio de la Palabra»:

La primera tarea del obispo es rezar y no como un loro, ¡no! Rezar con el corazón, rezar. «No tengo tiempo». ¡No! Deja todas las demás cosas, pero rezar, esa es la primera tarea del obispo. Cercanía a Dios en la oración. 

Cercanía al cuerpo espicopal

La segunda cercanía es aquella “con los otros obispos”, continuó el Papa, ejemplificando:

«No… que esos son de ese partido, yo soy de este partido…». Sean obispos: habrá discusiones entre ustedes, pero como hermanos, cercanos. Nunca hablen mal de los hermanos obispos, nunca. Cercanía a los obispos. Segunda cercanía, – subrayó el Papa – cercanía al cuerpo episcopal. 

Cercanía “al prójimo más próximo”

“No se olviden que los sacerdotes son prójimos más próximos”, pidió luego al hablar de la tercera cercanía. Y continuó ejemplificando:

Cuántas veces se escuchan quejas, de un sacerdote que dice: «Llamé a un obispo, pero el secretario me dijo que su agenda está llena, que tal vez en 30 días podría recibirme…». Esto no va. Si se enteran de que un sacerdote los ha llamado, llámenlo el mismo día o al día siguiente. Con eso, él sabrá que tiene un padre. Cercanía a los sacerdotes, y si no vienen, ve a buscarlos: cercanos.

Fueron sacados “del rebaño, no de una elite”

La cuarta cercanía es aquella “al Santo Pueblo fiel de Dios”. Recordando lo que Pablo le dijo a Timoteo: «Acuérdate de tu madre, de tu abuela…», Francisco pidió a los pastores que no olviden que fueron “sacados del rebaño”, no “de una élite que ha estudiado, tiene muchos títulos y le toca ser obispo”. “No – acentuó aún: del rebaño”.

Por favor, no olviden estas cuatro cercanías: cercanía a Dios en la oración, cercanía a los obispos en el cuerpo episcopal, cercanía a los sacerdotes y cercanía al rebaño.

Que el Señor – concluyó el Santo Padre Francisco – les haga crecer en este camino de cercanía, para que puedan imitar mejor al Señor, porque Él siempre ha estado cerca y siempre está cerca de nosotros, y con su cercanía, que es una cercanía compasiva y tierna, nos lleva adelante.

“Y que la Virgen los cuide.”

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