El Presidente Andrés Manuel López Obrador tocó esta mañana de viernes el punto fundamental de la crisis que azota a la frontera entre México y Estados Unidos, con miles de ilegales que buscan internarse en la Uniòn Americana: México no puede ser transformado un «campamento de migrantes», sino que urge solucionar de raíz el problema, a través de la creación de condiciones para que el desarrollo de los países de la región, evite que los habitantes de éstos se vean auténticamente obligados a emigrar.
Los países de Centro y Sudamérica han experimentado políticas socialistas y socializantes que, por décadas, han provocado empobrecimiento generalizado. De manera permanente han generado no el progreso de sus habitantes, sino miles de individuos y familias completas que buscan internarse en Estados Unidos, a cualquier costo, por cualquier medio, al verlo como el Paraìso capitalista donde supuestamente encontrarán el bienestar que no han alcanzado.
Esos cientos de miles de desesperados naturales de países de la región, son fácil presa de bandas que prometen el ingreso a Estados Unidos, a cambio de variables cuotas de dinero.
Durante el gobierno de Donald Trump, la polìtica oficial de la Unión Americana se mantuvo firme en el rechazo al ingreso masivo de personas. Sin embargo, con el cambio de régimen, se produjo un estallido de inestabilidad, ya que la administración de Joe Biden prometió un cambio, que impulsó a los promotores de la migración colectiva, indocumentada, a reanudar su negocio. Los resultados están a la vista: de la noche a la mañana, miles de personas fueron movilizadas para internarse ilegalmente en México, a efecto de luego hacer lo mismo en Estados Unidos, en la falsa creencia de que serían recibidos con los brazos abiertos.
El gobierno de Biden se vio sobrepasado. Y ha buscado convertir a México en un auténtico «campamento de migrantes».
México arrastra problemas propios que mantienen en la pobreza y la llamada pobreza extrema, a millones de sus nacionales. Por si ello fuera poco, los efectos económicos de las estrategias oficiales para la contención de la pandemia del Coronavirus, han lesionados severamente toda su estructura economìa.
Lo correcto, lo sensato es lo que dice López Obrador: ir a la solución de fondo del problema. Esto es, reconvertir a los países en centros atractivos para sus propios habitantes. Crear las condiciones favorables para la promociòn del desarrollo auténtico de los pueblos y las personas. Arraigar así a éstas últimas en sus lugares de origen.
De lo dicho hoy por López Obrador, Sinembargo expone lo medular, así:
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año con un flujo histórico, con 147 mil migrantes detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212 mil detenidos sólo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, instó este viernes a atender “de fondo” las causas de la migración y aseguró que no quiere que el país se convierta en un “campamento de migrantes”.
En la rueda de prensa desde el Palacio Nacional, una periodista le preguntó sobre la posibilidad de que Estados Unidos otorgue recursos a México para que atienda debidamente a los migrantes en la frontera.
“Sí, pero hay que atender el fondo, primero, no queremos que México sea un campamento de migrantes“, afirmó el mandatario tras la reciente ola migratoria que ha llevado a miles de personas a malvivir en varios puntos de la frontera norte y sur.
“Queremos que se atienda el problema de fondo, que la gente no se vea obligada a emigrar. Porque si continuamos con lo mismo es retenerlos, ponerlos en albergues, y no enfrentamos el problema de fondo”, destacó.
Lamentó que Estados Unidos lleva décadas sin invertir en América Latina y el Caribe para apoyar a los pueblos “pobres”.
“Queremos apoyo para el desarrollo”, apuntó, y deseó que pronto cambie la política migratoria.
“Y esto lo entienden en Estados Unidos, han sido sensibles a esta propuesta”, pero tardan “mucho” porque deben presentar la propuesta al Senado, y se mezclan asuntos electorales, aseguró.
Pero “hay muy buena relación” con Estados Unidos, finalizó. También pidió apoyo para Haití y que intervengan las Naciones Unidas.
“No es solamente atender a los migrantes haitianos que por necesidad salen de su país, por necesidad y por la violencia, hay que hacer algo y aquí la ONU se está tardando. Es lo mismo. ¿Dónde están los organismos de defensa de derechos humanos a nivel internacional?”, subrayó.
Esta última semana la situación se ha recrudecido enormemente en el norte de México con el arribo de miles de haitianos que intentaron cruzar desde Ciudad Acuña, en el estado de Coahuila, hasta Del Río (Texas), dejando trágicas imágenes como la de un agente de la Patrulla Fronteriza golpeando aparentemente con un látigo a un haitiano.
Mientras que en México, centenares de ellos pernoctan ahora en un campamento improvisado en Ciudad Acuña, vigilado por las autoridades, y se debate entre intentar cruzar a Estados Unidos o apostar por solicitar refugio.