Parte de la razón que da el propio Francisco en su reciente motu proprio para acabar con la liberalización de la Misa Tradicional es el resultado de un cuestionario que envió en abril del año pasado a todos los obispos sobre el resultado de Summorum pontificum.
La encuesta planteaba nueve preguntas sobre el motu proprio promulgado hace 14 años Benedicto XVI por el que se liberaba la celebración de la Misa por la Forma Extraordinaria, como “¿responde ella a una verdadera necesidad pastoral o es promovida por un sacerdote individual?”, “¿Hay aspectos positivos o negativos del uso de la forma extraordinaria?”.
Y hemos de creer, por las referencias que hace Su Santidad en la carta que acompaña a Traditionis custodes, que las respuestas de los obispos a ese cuestionario justifican una revisión radical de Summorum pontificum.
Es difícil decirlo con precisión, porque los resultados, curiosamente no se han hecho públicos. El anuncio del envío de este cuestionario ya alertó a los fieles, que vieron en la maniobra un claro primer paso para acabar con la celebración de la Forma Extraordinaria.
Aunque desconocemos con precisión los resultados, Diane Montagna escribía en The Remnant que aproximadamente solo respondió la encuesta vaticana un 30% de los obispos, menos de un tercio, y más de la mitad de los que respondieron tenían una opinión neutra o favorable de la aplicación del motu proprio, según las fuentes de la periodista.
Según una fuente anónima cercana a la consulta, aunque las preguntas estaban notoriamente sesgadas contra el motu proprio de Benedicto o formuladas en tal manera que no se podía dar una respuesta concreta y clara, lo que se desprende de las reacciones es que la Misa Tradicional en Latín cuenta ya con un sorprendente arraigo en muchas diócesis, incluso en lugares inesperados; que la frecuentan con notable devoción jóvenes y familias y que su fruto es visibles en parroquias que no paran de crecer y nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas y en una más intensa vida de piedad entre los fieles.
Por CARLOS ESTEBAN.
21 de julio de 2021.
Infovaticana.