El régimen norcoreano no quiere vacunas fabricadas en China y se vuelca a Moscú para pedirle el suministro gratuito de las inmunizaciones. El país aún no ha recibido las dosis que indica el programa Covax. Aumentan los casos en Corea del Sur: el nivel más alto de restricciones rige en Seúl.
Corea del Norte ha rechazado la vacuna de AstraZeneca producida en China debido a la preocupación por los posibles efectos adversos. Sin embargo, Pyongyang se volcó a Moscú para obtener fármacos producidos en Rusia. Así lo explicó hoy el Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional (INSS) de Corea del Sur, añadiendo que los norcoreanos se muestran reacios a utilizar vacunas chinas porque no confían en su seguridad y eficacia.
«Como Corea del Norte ha rechazado las vacunas [de AstraZeneca] que iban a ser suministradas a través del programa Covax, ha estado explorando otras opciones para conseguir fármacos alternativos», escribió el INSS en un informe. «Aparentemente valora positivamente los productos de fabricación rusa, pero pide que se los proporcionen gratuitamente».
En su informe, el INSS comenta que aún si Corea del Norte recibiera las vacunas de Pfizer y Moderna, no tendría la capacidad de mantener la cadena de frío con la temperatura requerida, debido a la escasez crónica de electricidad en el país.
A través del Covax, el régimen coreano debía recibir unos 2 millones de dosis, pero aún no se han entregado. Según un funcionario del gobierno de Seúl, el retraso podría estar relacionado con el hecho de que Corea del Norte no ha establecido un plan nacional de vacunación.
Pyongyang sostiene que el país no ha registrado ningún caso de Covid-19, pero el régimen de Kim Jong-un ha impuesto estrictos controles fronterizos y restricciones a los viajes. En Corea del Sur, el número de casos vuelve a aumentar: ayer se registraron 1.316 nuevos contagios. A partir del 12 de julio, la capital, Seúl, y sus alrededores volverán al estado de emergencia más alto, en un intento de reducir los contagios.
Seúl, COREA.
AsiaNews/Agencias.