Como ya se había anunciado, el congreso ecuménico celebrado en Alemania el pasado fin de semana concluyó con la demostración de que buena parte de los católicos en ese país creen que pueden hacer lo que les venga en gana sin tener en cuenta las disposiciones de la Santa Sede, lo cual incluye permitir la intercomunión.
Con cuatro servicios litúrgicos finalizó el sábado por la noche el Congreso Ecuménico de Iglesias celebrado de Frankfurt. Dependía de la conciencia de cada visitante el comulgar en los servicios litúrgicos no pertenecientes a su fe..
En la Misa de la catedral de Frankfurt la presidenta protestante del Congreso Ecuménico, Bettina Limperg, tomó la comunión (en la foto). En el servicio protestante, el presidente del Congreso por de la Iglesia Católica, Thomas Sternberg, participó en la comunión. A las vísperas ortodoxas asistió el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, el obispo Heinrich Bedford-Strohm, pero como no se celebró Misa, no pudo comulgar, Además los ortodoxos no permiten de ninguna de las maneras que en sus Misas comulguen los no ortodoxos.
¿Deán católico o protestante?
En un gesto que demuestra su disconformidad a la Iglesia a la que pertenece, el deán de la catedral de Frankfurt, Johannes zu Eltz , pidió perdón a los protestantes al comienzo de la Misa porque, según él, a menudo tenían que luchar bajo la arrogancia del bando católico. «Os pido perdón por esto y os doy las gracias por tu larga paciencia». En su homilía, instó a las iglesias a abandonar la petrificación (sic) y a dejar a un lado la idea de que tienen la razón absoluta.
El obispo católico de la diócesis anfitriona de Limburgo, Mons. Georg Bätzing, subrayó en los prolegómenos del encuentro que no podía haber una celebración conjunta de la Santa Misa por parte de clérigos de distintas confesiones ni una recepción general y transconfesional de la Eucaristía. Sin embargo, Bätzing, que participó en la misa en la catedral de Frankfurt, explicó que respetaba el hecho de que los cristianos individuales no católicos pudieran comulgar.
Desobediencia a Roma sin consecuencias
En conclusión. De nada vale en Alemania que la Santa Sede indique que los luteranos no pueden comulgar en las misas católicas en base a su conciencia. La autoridad de Roma no existe para gran parte de los católicos alemanes. Nada de ello tiene, por el momento, consecuencia alguna para ellos ya que la Santa Sede no parece dispuesta a tomar medida alguna contra quienes ignoran la fe de la Iglesia en el país germano.