Fabio Colagrande – Ciudad del Vaticano
«Para honrar a Rosario Livatino, el primer magistrado beatificado en la historia de la Iglesia, que ejerció con valentía su profesión como misionero laico, se ha constituido en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral un Grupo de Trabajo sobre la «excomunión a las mafias», con el objetivo de profundizar en el tema, colaborar con los Obispos del mundo, promover y apoyar iniciativas». Así lo ha anunciado hoy en una nota el Dicasterio, coincidiendo con la ceremonia de beatificación en Agrigento del magistrado siciliano asesinado por la mafia en 1990. La iniciativa es un paso más en el compromiso sobre este tema del Dicasterio presidido por el cardenal Peter Turkson, que ya había creado, en agosto de 2018, una red global internacional contra la corrupción, el crimen organizado y las mafias.
La soledad y los miedos son «terreno fértil para las mafias»
En el párrafo 28 de su reciente encíclica Fratelli tutti, el Papa Francisco destaca cómo la «soledad, los miedos y la inseguridad de tantas personas, que se sienten abandonadas por el sistema hacen que se cree un caldo de cultivo para las mafias».
En el texto, Francisco recuerda cómo las mafias se imponen presentándose como «protectoras» de los olvidados «mientras persiguen sus intereses criminales». La declaración parece recordar un riesgo subestimado que también subyace en la crisis socioeconómica generada por la pandemia y desarrolla el más reciente magisterio papal sobre el tema del crimen organizado.
«Los mafiosos no están en comunión con Dios»
Desde el vibrante e histórico llamamiento a la conversión de los mafiosos, pronunciado por Juan Pablo II en el «Valle de los Templos» de Agrigento en mayo de 1993, pasando por la definición de la mafia como «camino de muerte», pronunciada por Benedicto XVI en Palermo en 2010, hasta la reciente «excomunión» de los mafiosos por parte del Papa Francisco en Sibari, Calabria, en 2014.
En esa ocasión, el Pontífice, en la homilía de la Santa Misa celebrada el 21 de junio en la explanada del recinto Ex Insud, definió la ‘ndrangheta como «adoración del mal y desprecio del bien común» y añadió que los mafiosos «no están en comunión con Dios: están excomulgados».
Una pertenencia irreconciliable
El grupo de trabajo sobre la «excomunión de las mafias» se creó precisamente para dar contenido pastoral a esas palabras de Francisco y para que la universalidad de la Iglesia pueda responder a la globalidad de las mafias aclarando que la pertenencia a ellas es irreconciliable con el Evangelio.
De los objetivos de la recién creada comisión Vatican News habló con el coordinador, Vittorio V. Alberti, funcionario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral:
R. La comisión se creó para continuar el trabajo que iniciamos hace cuatro años sobre la mafia y la corrupción. En un momento dado, de hecho, nos dimos cuenta de que en la Doctrina Social de la Iglesia, en el Derecho Canónico, en el Catecismo no se menciona la excomunión de los mafiosos. Por eso, para reforzar la excomunión, los pronunciamientos y el magisterio del Papa Francisco sobre este tema, hemos creído necesario intervenir. De ahí la creación del grupo de trabajo.
– ¿En qué aspectos van a trabajar?
R. – En primer lugar, queremos concienciar y crear una mentalidad contraria seria sobre estos temas. Profundizaremos en nuestros conocimientos, trabajaremos en red, porque necesitamos colaborar con el episcopado mundial, precisamente porque no hay una doctrina específica de la Iglesia universal y, por tanto, debemos colaborar y apoyar a los obispos del mundo que ya están trabajando en estos temas.
Queremos promover y apoyar iniciativas en este campo y coordinarlas. El aspecto que más nos preocupa es el cultural, es decir, la necesidad de sensibilizar, crear redes, profundizar y promover estos temas para reforzar el mensaje del Papa y eliminar definitivamente cualquier posible compromiso de cierto catolicismo con las mafias. Esto es un hecho histórico. Luego, naturalmente, nos ocuparemos de los aspectos doctrinales y canónicos.
– ¿Quién forma parte de este grupo?
R. – El grupo incluye al Arzobispo de Monreale, Monseñor Michele Pennisi, al Presidente del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Pignatone, al Presidente de la Asociación Libera, Don Luigi Ciotti y a Rosy Bindi, antigua Presidenta de la Comisión Parlamentaria Antimafia.
También están Don Raffaele Grimaldi, inspector general de los capellanes de las cárceles italianas, Don Marcello Cozzi, sacerdote y profesor de la Universidad Lateranense con larga experiencia en estos temas y Monseñor Ioan Alexandru Pop, del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. De hecho, como Dicasterio, hemos decidido implicar a otros Dicasterios de los que ya tenemos pleno apoyo, como la Congregación para la Doctrina de la Fe y precisamente el Dicasterio que se ocupa de los Textos Legislativos.
– ¿Por qué anunciar la creación de esta comisión el día de la beatificación de Rosario Livatino?
R.- La beatificación de Livatino es realmente un acontecimiento trascendental porque es el primer magistrado de la historia de la Iglesia que se convierte en beato y es un laico, un verdadero laico. El reconocimiento, pues, por parte de la Santa Sede, de la Iglesia universal, del martirio de un juez que se ha movido en contra de la Mafia es un poderoso mensaje para afirmar que la Mafia no tiene nada que ver con el Evangelio y, por tanto, con la Iglesia. Lo importante para nosotros es, en primer lugar, afirmar de una vez por todas que no es posible en el mundo pertenecer a la mafia y formar parte de la Iglesia. A partir de aquí queremos construir una nueva pastoral, un nuevo camino cultural que implique en primer lugar a las víctimas, trabajando también en las cárceles, hablando con los presos y acompañándolos en un camino de esperanza.