El que os habla ha sufrido en sí mismo, varias veces, la violencia neo-comunista. Agresión en plena calle cuando nos dirigíamos a una rueda de prensa, por parte de los Brigadas Amarillas, grupo radical de izquierda que dice ser seguidor del equipo de fútbol de Cádiz. Su bandera es el icono del Ché Guevara. También sufrí violencia repartiendo tranquilamente el Pin Parental, fui insultado, empujado, escupido, por grupos lgtbi de izquierda. También en bastantes ocasiones a las puertas de distintos eventos anti-adoctrinamiento, etc.
Por tanto, se de lo que hablo. El miedo a los violentos, el miedo a los comunistas, o se vence, o te atrapa para siempre. Por eso, lo peor no es la violencia física puntual, sino que, como dije en un reciente artículo, “el nuevo comunismo, conectado estrechamente con el antiguo, no es ninguna broma. Quiere devorarte”.
Cuando leas este artículo los madrileños estarán votando en unas elecciones cruciales no solo para ellos, sino para la totalidad de España, pues se trata de que el neocomunismo “sanchista-pablista-chavista” empiece a ser derrotado en las urnas por los ciudadanos, o no, y se instaure también en una de las comunidades autónomas más importantes de España. Las espadas están en todo lo alto.
Hace unos días hablaron las piedras de los radicales en Madrid. Esbirros de Pablo Iglesias -hombres de confianza y destacados miembros de su staff– organizaron una contra-manifestación en el barrio obrero de Vallecas, tradicionalmente de izquierdas, a un mitin de Vox, en el que estaban presentes sus principales líderes. De estos sicarios la policía ha detenido ya a dos, uno de ellos chófer de Pablo “el moñas”, y el otro guada-espaldas personal suyo, a título extra-oficial. Lanzamiento de piedras, palos, una auténtica encerrona con policías heridos incluso.
Todo esto me recuerda demasiado el tradicional vínculo de las izquierdas con sus guardias de corps, que han sido siempre enviados para hacer “desaparecer” al enemigo político. Véase el asesinato de Calvo Sotelo, líder derechista español, en julio de 1936, a cargo de la Guardia de Asalto socialista, la llamada “motorizada”, con ecos recientes de otros “motorizados” venezolanos… Fue lo que dio lugar de forma más inmediata a la Guerra Civil.
Decía hace también varios días, con motivo del estupendo “ENCUENTRO Familia.Vida.Libertad” sobre “Comunismos en Hispanoamérica”, que “el comunismo fue y sigue siendo hoy la peor lacra de nuestro tiempo, con millones de muertos a sus espaldas… la ausencia de libertades que en todo país comunista existe, la persecución sistémica al disidente y el terror establecido como forma de gobierno. El comunismo es, con mucha diferencia, el movimiento político que más personas ha perseguido, encarcelado y ha matado a lo largo de toda la historia de la humanidad…”. Es algo innato a esa ideología. Connatural con ella. ¿Qué podemos esperar ahora?
Por tanto, votos contra piedras en Madrid. Pero votos que son auténticas armas para el pueblo, como el levantamiento heroico del Dos de Mayo, donde ciudadanos se alzaron con palos y herramientas campesinas contra los invasores franceses, que se paseaba chulesco con sus sables, pistolas y monturas dentro de los templos, humillaban a los curas, violaban a mujeres, torturaban y mataban a sus hombres, y querían instaurar un sistema político extraño en la patria.
“El odio es la energía del comunismo expresado en la lucha de clases y el terror”, decíamos en ese artículo. Y no nos podemos resignar a esa dialéctica del odio. No podemos caer en su espiral. Defender la democracia verdadera, la libertad económica, educativa y de expresión, defender la vida y la familia natural, sin enfrentar a los hombres con las mujeres… esa debe ser nuestra esencia. Eso debe ser lo que triunfe en Madrid este día 4 de mayo: la libertad. La defensa de Madrid es la defensa de la libertad.
De lo contrario, la asociación fatal social-comunista de PSOE y Podemos instaurará la auto-censura, el clientelismo, el separatismo político, la agresividad y la violencia política, amén de un paquete de leyes neo-marxistas, feministas, de género, anti-familia y anti-españolas, que ya la están intentando implantar en toda España.
Y para eso, Vox tiene que hacerse valer, y tiene que ser decisivo, si resulta indispensable para el Partido Popular, para la favorita, Isabel Ayuso, mujer valiente ante la izquierda, pero que falla en lo que viene fallando el PP hace mucho: los valores de defensa de la vida y la familia. Es propicia al adoctrinamiento en las escuelas, favorable al aborto, etc. Por eso Vox tiene que tener poder suficiente para encauzar el futuro gobierno madrileño.
Justamente, en la plataforma acTÚa FAMILIA, vamos a pedir una reunión con Rocío Monasterio, candidata de Vox, caso que resulte necesaria para formar gobierno, donde le pediremos que no renuncie a exigir de ese gobierno la adopción de medidas pro-familia y pro-libertad educativa, como es por ejemplo, y de forma prioritaria, la implantación definitiva del Pin Parental.
#StopComunismo en Madrid. Que la capital de España sea, como lo fue de los franceses hace más de dos siglos, el inicio de la caída del imperio, del monstruo comunista, en los países occidentales.
La libertad y nuestros valores siguen estando en juego.