La Encarnación del Hijo de Dios es la muestra de amor más grande que el hombre puede recibir. Jesús, siendo Dios, vino a este mundo y decidió entregar su propia vida para la salvación de la humanidad. Y lo hizo a través de una terrible muerte.
La Pasión de Cristo, en la que nos introducimos en esta Semana Santa, enseña este profundo amor por nosotros. Y podría haber evitado ese sufrimiento. Era el Hijo de Dios. Entonces, ¿por qué lo hizo? ¿Por qué decidió pasar por este terrible dolor?
San Ignacio de Loyola da dos razones fundamentales que responden a esta pregunta. Por un lado, sufrió la pasión para mostrar al mundo la gravedad del pecado. Pero también, y esta es la segunda razón, quería mostrar la inmensidad de su amor.
Jesús murió por nosotros para reparar nuestro pecado y mostrarnos su infinito. «¡No hay mayor amor que el que da la vida por sus amigos!«, dice el Evangelio.
El padre Ed Broom, oblato de María Inmaculada, y experto en temas de espiritualidad ofrece en Catholic Exchange diez formas de contemplar la Pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús, realizada por amor al hombre:
1. Evangelios
Medita en oración los relatos de la Pasión en los cuatro Evangelios. Cada Evangelio tiene dos capítulos sobre la pasión de Cristo: Mt 26-27, Mc. 14-15, Lc. 22-23; y Jn. 18-19. Ve a la fuente última; ¡la palabra de Dios!
2. Contempla la cruz
Otra opción es pasar un tiempo en contemplación silenciosa ante un crucifijo. Contempla con amor la cabeza coronada de espinas. Luego contempla las cinco sagradas llagas de las que brotó la sangre para tu salvación. ¡Acércate y besa estas heridas expresando tu más sincera gratitud!
3. Vía Crucis
Haz el Vía Crucis. Camina despacio y en oración contemplando las catorce Estaciones de la Cruz. Puedes estar con la Virgen, San Juan y María Magdalena acompañando a Jesús, el varón de dolores, en la Pasión. En oración, pregunta al Espíritu Santo cuál de las catorce estaciones toca más profundamente tu corazón.
4. Propuesta de una película: La pasión de Cristo
Una gran opción es ver la película de La Pasión de Cristo. Pero no la veas simplemente como una interpretación de Hollywood que ganó un Oscar. Hazlo según el modo de contemplación ignaciano. Debes estar listo para acompañar al Señor Jesús en cuerpo, mente y corazón con Nuestra Señora de los Dolores.
5. Otra película: Marcelino Pan y Vino
Hay otra bella película para ver estos días. Observa al niño Marcelino, y su íntima y creciente amistad con Jesús mientras está en la cruz. Conviértete en Marcelino tú mismo. Contempla a Jesús clavado de la cruz.
Conviértete en este amigo de Jesús. Habla con Jesús; comparte tus sentimientos con Él, tus dolores, tus luchas, tus miedos, tus dudas, tus inseguridades, ansiedades, tus tentaciones e incluso tus pecados. Dile a Jesús, mientras está clavado en la cruz, cuánto los amas, cuánto deseas renunciar al pecado y cuánto deseas estar con Él en el cielo por toda la eternidad.
6. Confesión
¿Por qué no arrodillarse ante Jesús crucificado y expresar con la más profunda contrición de corazón tu dolor por haber sido responsable de su horrenda y desgarradora pasión? Puedes terminar este acto de contrición haciendo una buena, mejor aún, la mejor confesión de toda tu vida. El Salvador sufriente te espera en este sacramento de la misericordia.
7. Meditación: las últimas siete palabras
Medita las últimas siete frases que Jesús expresó desde la cruz:
-“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
-«¡Tengo sed!»
-“Mujer, ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tienes a tu madre”
-«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
-“En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”
-«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
-«¡Todo está cumplido!»
8. Santa Misa
Con mucho, el acto más grande en la tierra es el sacrificio de la Misa. De manera invisible pero real en cada misa se renuevan los frutos de la Pasión y muerte de Jesús en el Calvario (ese primer Viernes Santo). Asiste al Santo Sacrificio de la Misa para participar plenamente activa y conscientemente.
9. La contemplación su Preciosa Sangre
Jesús derramó su sangre varias veces por la salvación de la humanidad para que puedas estar con Él para siempre en el cielo. Reflexiona lentamente y en oración los diversos momentos en que derramó su sangre, comenzando con la circuncisión cuando era un bebé. Luego, sigue con las diversas escenas de su vida, específicamente su Pasión en la que derramó su sangre por amor.
-Huerto de los Olivos: gotas de sangre brotaron de Sus poros.
–Flagelación: ¡Fue azotado brutalmente soldados romanos, abriendo grandes heridas en su cuerpo. Él sufre esto para reparar los pecados contra la virtud de la pureza.
-Coronación de espinas, las cuales que penetraron profundamente en la piel de su cabeza
– Cargando con la cruz hasta el Calvario: San Bernardo y otros santos han hablado sobre el dolor insoportable que debió haber experimentado con la cruz y sus astillas atravesando y penetrando Su hombro.
-Las vestiduras desgarradas: Al llegar al Calvario, los soldados rasgaron brutalmente sus vestiduras, reabriendo así las heridas que le habían infligido en la flagelación; una vez más para reparar los pecados de la impureza.
-Crucifixión: con los clavos que atravesaron y penetraron sus manos y pies su sangre corría a borbotones.
-Costado abierto: incluso después de su muerte, siguió dando su sangre. Con la lanza, el soldado perfora su costado atravesando su Sagrado Corazón, del que salió sangre y agua.
10. Nuestra Señora de los Dolores
Como en la película La Pasión de Cristo, ¿por qué no intentar vivir todos los diferentes momentos de la Pasión, el sufrimiento y la muerte de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo a través de los ojos y del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, la Madre de Dios?
ReL.