El sacerdote Rubén Pérez se encontraba ingresado en el Hospital Virgen de la Paz de Madrid, donde había sido operado esta misma noche. Según ha podido confirmar la Cadena COPE ha fallecido en la UVI pocos minutos antes de las tres de la madrugada.
«Rubén está en la UCI por la gran explosión del edificio de Madrid y van a operarle ahora de urgencia. Viví con él un año en tierra santa. Rezad por él para que salga vivo», decía uno de sus amigos a través de Twitter horas antes de su fallecimiento.
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Rubén Pérez logró salir del edificio semiderruído por su propio pie. Se había ordenado sacerdote el pasado 20 de junio en la catedral de La Almudena y dio su primera misa al día siguiente. En el siguiente vídeo se puede escuchar su primera homilía como presbítero.
El edificio que explotó este miércoles, situado en la calle Toledo de Madrid, pertenece a la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, donde viven varios sacerdotes en dos de sus pisos. El resto está integrado por varios locales parroquiales y de Cáritas.
En cuanto a los demás fallecidos, una de las otras tres víctimas mortales está aún pendiente de identificación, mientras que una mujer de 85 años y David Santos, que se encontraba revisando una de las calderas del edificio junto al sacerdote Rubén Pérez, completan la lista de fallecidos. David, seglar del Camino Neocatecumenal, deja viuda y cuatro hijos.
Un retén de los Bomberos de Madrid ha permanecido esta madrugada en la zona de forma preventiva hasta que hoy por la mañana se reanuden las labores de desescombro del inmueble. La «brutal» explosión de gas se produjo en torno a las tres de la tarde de ayer en el edificio parroquial de la Iglesia de La Paloma, ubicado en el número 98 de la calle Toledo de Madrid, cuando se revisaba una caldera.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, remarcó en COPE desde el lugar de la explosión que las consecuencias han podido ser mucho más graves, ya que en las proximidades del edificio se encuentra una residencia de ancianos y el colegio La Salle, que por suerte no han tenido que lamentar daños personales.
La nieve que cubre todavía el patio del colegio ha permitido que las consecuencias no hayan sido menos grave de lo esperado en un primer momento, dado que un día normal los alumnos estarían en el recreo. Y es que parte de los escombros del edificio afectado por la deflagración han caído al patio del centro académico, vacío debido a las heladas aún sin derretir que dejo la borrasca ‘Filomena’.
Con información de InfoCatólica