Las ideas económicas de Podemos van imponiéndose en el Gobierno a pesar de la cada vez más débil resistencia de Nadia Calviño y José Luis Escrivá. La crisis provocada por la mala gestión de la pandemia en España supone una oportunidad de oro para nacionalizar empresas aprovechando que muchas tienen graves problemas que amenazan su supervivencia. El Ejecutivo está dando pasos decididos para facilitar esta entrada del Estado en el capital de compañías privadas y avanzar así hacia el sueño de Pablo Iglesias de que todas las empresas sean públicas y todos los trabajadores, funcionarios, como en los países comunistas. Algo que recuerda al mítico «exprópiese» de Hugo Chávez en Venezuela y que Pedro Sánchez parece dispuesto a tolerar para seguir en Moncloa.
Un sueño que no es nada secreto, por otra parte. Esta semana, la fundación de Podemos (Instituto 25-M) debatió un plan que consiste en la “nacionalización de los sueldos” y la generación de una “política industrial estatista», es decir, que sea el Estado el que dicte la estrategia de las empresas y que se haga cargo de pagar todos los salarios, que lógicamente tenderán a ser categorizados e igualados dentro de cada categoría. Es decir, como en la antigua URSS.
Las grandes multinacionales también son objeto de deseo
Pero no se trata solo de estas empresas en apuros. El plan de Sánchez e Iglesias quiere jugar a lo grande y también contempla entrar en las principales compañías del país, como también ha adelantado OKDIARIO. La excusa sería que estén amenazadas de opa por un gigante comunitario de su sector, algo que no es nada descabellado a la vista del desastroso comportamiento bursátil en 2020 (y años anteriores) de muchos de nuestros gigantes de la energía, la banca, las telecomunicaciones, la construcción o el turismo.
Con el pretexto de defenderlas del asalto, la SEPI podría tomar hasta un 5% del capital de la empresa amenazada, lo que le daría derecho a estar presente en su consejo de administración y, en consecuencia, a tener poder de decisión sobre su estrategia y sus operaciones. Es decir, sería una nacionalización encubierta en toda regla. Además, Bruselas no podrá decir nada porque países como Francia, Alemania o Italia han mantenido una presencia pública en empresas estratégicas de forma tradicional sin ningún obstáculo por parte de las autoridades europeas.
Un trozo de pastel para ERC y Bildu
En estos pasos hacia la nacionalización de empresas vulnerables por una u otra causa, PSOE y Podemos no quieren dejar atrás a sus socios de investidura y de Presupuestos: ERC y EH Bildu. Por eso, han ofrecido a los independentistas catalanes y vascos entrar en las principales instituciones económicas españolas: el Banco de España, la CNMV y, naturalmente, la SEPI.