El aborto: la convencionalidad de la vida y un atentado a la historia.

Gladium
Gladium

Para comenzar este articulo es muy adecuado parafrasear al escritor que critica la contradicción de la lógica humana, el gran G.K. Chesterton, en una de sus varias disputas intelectuales con George Bernard Shaw, citó su frase «la regla moral es que no haya regla moral»; al no haber una regla moral, una regla donde el hombre encuentre un limite a su comportamiento, difícilmente le encontrará valor a algo, puede relativizar todo, hasta la vida.

Esa relativización de la vida es implícita a la democracia, por ejemplo, para Kant, la moral “no existe”, solo la democracia, y la democracia se asume como la soberanía del pueblo, pero está construida sobre una base muy frágil: el consenso. Un consenso que es como las emociones humanas, cambiante, visceral, implacable, si afecta los intereses de unos cuantos, y es reflejo de una sociedad que podríamos calificar de posmoderna: se obliga aceptar una libertad mutilada.

¿Por qué una libertad mutilada? Porque cualquier expresión está permitida, pero debe ir acorde a lo dicho por el consenso, “puedes decir si a la vida, pero solo como expresión no como activismo”, actitudes que implican un silenciamiento de una gran parte de la población. Se coarta la libertad de expresión, garantizada en la Constitución Mexicana.

Aquí es donde políticas como el mal llamado “derecho a decidir”, afectan el bien común, hombres, mujeres e infantes, la vida el primer derecho inherente a todo ser humano, se puede someter a votación, haciendo referencia al término del título de este artículo “Convención”, se conviene entre los sectores si la vida puede ser útil o no al Estado, primando el “bien” a dicha superestructura por el componente más importante de cualquier estado: La Familia.

Sin Familia no habría Estado, no es un simple cliché, cuando se menciona que la familia es la célula mas pequeña de una sociedad, se dice la verdad, y ejemplos sobran, el mayor de todos La Sagrada Familia, sin ella no habría sido posible la llegada del Salvador que próximamente celebraremos en la Natividad.

Ahora bien, al mencionar atentado, es por varios ejemplos, el mas reciente es China, donde los comunistas van a cosechar el fruto podrido de la política del “hijo único”, con el envejecimiento de su población y el déficit de población femenina, lo cual significará menos mujeres en edad de procrear, menos población en edad de trabajar, poniendo en riesgo el “gran plan” de Xi Jinping de hacer a China la gran potencia mundial.

Por otro lado, está el caso europeo donde ya las tasas de reemplazo generacional en los países de Europa Occidental están por debajo del mínimo, y promoviendo el otro aspecto beneficiado por el aborto: la inmigración, y ahí entra otro aspecto histórico, la mayoría de esa inmigración es musulmana y como bien sabemos ellos no piensan en controles de natalidad, libertades, buscan la hegemonía sobre el cristianismo. A este paso lo lograrán.

En México vamos por el mismo paso que China, la población joven no es tanta como se podría pensar, y esto augura un futuro aun peor para un país que es conocido por tener mano de obra barata; personajes como Carlos Slim sugieren elevar la edad de jubilación hasta los 75 años, cuando lo justo es que hombres que han trabajado desde jóvenes para levantar familias y a este país vivan un retiro con diferente dignidad, es otro atentado a la historia.

La historia se compone por etapas y la de cada uno de nosotros también, cuando se quiere cortar el inicio de una, no se corta una sola, se corta la de una futura familia, impidiendo llegar a la etapa final.

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