Tremenda situación vive la Iglesia de México al tener, en menos de un mes, la muerte de otro prelado debido a la pandemia, el obispo emérito de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial y un comunicado de la diócesis de Culiacán, encabezada por Mons. Jonás Guerrero Corona, Jiménez Hernández nació en Pénjamo, Guanajuato, en 1938. Encaminó sus pasos al sacerdocio desde muy tierna edad. Realizó los estudios sacerdotales en Montezuma y fue ordenado en 1963. Su labor pastoral destacó por la encomienda recibida en diversas responsabilidades diocesanas y eso valió para que la Santa Sede le llamara a participar del episcopado al ser ordenado en 1989 por el nuncio Girolamo Prigione para ser auxiliar de Culiacán y, posteriormente, III obispo titular de la misma sede a partir de 1993 por 22 años hasta que en 2011 fue aceptada su renuncia conforme a las disposiciones canónicas. A inicios de noviembre, la diócesis de Culiacán solicitó oraciones por la salud del obispo infectado por esta tremenda enfermedad que aqueja al mundo.
El 12 Reporte del Centro Católico Multimedial sobre clérigos y religiosos fallecidos por complicaciones derivadas del covid-19, señala que diez obispos han padecido el contagio.Ocho evolucionaron satisfactoriamente y sin mayores complicaciones; sin embargo, el documento indica que dos estarían en situación delicada, José María de la Torre Martín, de la diócesis de Aguascalientes y el emérito de Culiacán quien esta mañana de 26 de noviembre partió a la morada eterna por los daños pulmonares y cardiacos causados por la fatal enfermedad.
Apenas el 31 de octubre, la Iglesia católica lamentó la muerte del emérito de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes. Se convirtió en el primer prelado quien no pudo superar las afecciones por el covid-19
Descansen en paz.
Con infromación de Religión Digital/Guillermo Gazanini Espinoza