Jesucristo, Rey del Universo… y Nuestra Voz.

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Con la celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, este domingo 29 de noviembre cerramos el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios. Son 365 días, todo un año, pero en tiempos distintos al calendario civil.

Recordemos que la fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925, con la presentación de la carta encíclica Quas Primas (Así como al principio), con la cual SS motivaba a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

En esos tiempos México vivía tiempos terribles, con una descarnada persecución religiosa -conocida históricamente como la Guerra Cristera- por parte del gobierno de Plutarco Elías Calles (1924-1928), en un violento enfrentamiento que duró tres años y cobró la vida de más de 250,000 personas.

Con tristeza hay que recordar esos días trágicos en los que confesar ser católico y expresar tu creencia en Dios te llevaban a la muerte. Sin embargo, evocamos y honramos más con júbilo al pueblo mexicano que supo mantenerse firme en su fe, clave de la identidad social y cultural de nuestro pueblo, y que al grito de ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva la Virgen de Guadalupe! defendieron su religión aún a costa de la vida.

La historia es larga y hoy son otros tiempos, pero el reconocimiento a la majestad de Jesucristo, Rey del Universo permea en poco más de cien millones de mexicanos (80 por ciento de una población de 126 millones).

Pues bien, ahí la importancia de que sea esta fecha la elegida para la reaparición impresa de Nuestra Voz, suspendida a raíz de la pandemia por Covid-19 que llevó al cierre de templos para evitar mayores contagios, y con ello a una caída drástica en nuestras ventas, no quedando más remedio que haber tomado la difícil decisión de cancelar la impresión, pero no desaparecer la evangelización sino continuarla de manera virtual. Esto es, Nuestra Voz no ha dejado de ver la luz pública, aunque su circulación se ha constreñido a las redes sociales.

Son otros tiempos y es otra la guerra que enfrentamos, esta vez por la supervivencia, por conservar la salud, pero siempre firmes en nuestra fe, enarbolando la bandera que hicieron suya nuestros cristeros. Así, al grito de ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva la Virgen de Guadalupe!, hoy nuestros lectores vuelven a tener la dicha de contar en sus manos con su ejemplar impreso de Nuestra Voz, que ha venido a ser un parteaguas en la evangelización de los campechanos, cuando a nivel mundial los más poderosos líderes traen entre ceja y ceja su propósito de descristianización de la humanidad.

Nuestra Voz -lo hemos dicho siempre- nació al amparo de Nuestra Santísima Madre María de Guadalupe y ella nos ha permitido mantener firme la creencia de este pueblo en las enseñanzas de su hijo, Jesucristo, Rey del Universo. Hoy, con la fe puesta en ambos, reiniciamos nuestra humilde aportación a la evangelización de este pueblo de Dios, con la gratitud eterna a nuestros bienhechores, de los que usted puede ser parte, cuya aportación económica mensual permite la continuidad de esta misión.

Este domingo, con la bendición de Nuestra Santísima Madre María de Guadalupe y Jesucristo, Rey del Universo, estamos de vuelta con ustedes, aunque en una edición mermada en un 30 por ciento en su volumen, pero con el mayor de los ánimos de seguir con esta tarea para la Gloria de Dios.

Con información de Nuestra Voz/Editorial

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