El obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Crispín Ojeda Márquez, consideró que el perfil del católico de hoy, a la luz del Evangelio, debe ser el de un discípulo útil que haga buen uso de los dones que Dios le otorgó.
En su acostumbrada homilía dominical de mediodía, el obispo expuso ante decenas de feligreses que se congregaron en la capilla El Sagrario la Parábola de los talentos, que todos deben conocer desde su infancia.
Al meditar lo que cada uno ha hecho de su vida, el obispo Crispín Ojeda dijo que ojalá muchos no hayan desperdiciado su tiempo en cosas vanas y que no son productivas.
En este mismo contexto refirió que durante su estancia en el Istmo de Tehuantepec ha conocido a personas que cantan muy bien, tienen una voz preciosa, pero algunos utilizan este don para interpretar narco-corridos.
Para el obispo, el don que recibieron de Dios no es utilizado de manera correcta desde el punto de visto del Evangelio.
Hay también ciudadanos muy inteligentes, pero utilizan su capacidad de pensar para adherirse a la delincuencia organizada y no para hacer el bien a sus semejantes.
“No sean como el tercer ejemplo de la parábola, el de un hombre que enterró su talento (dinero), porque si realmente existe temor a Dios, debe uno trabajar para ello y no esconder su capacidad de trabajar y amar a sus semejantes con obras. No caer en la pereza, la negligencia o sobre todo el desprecio al Señor»,
afirmó el obispo.
El jerarca de la Iglesia Católica exhortó a los feligreses revisar qué imagen tienen de Dios, porque tal vez no es la de aquél que predicó Jesús. Muchas vemos tenemos la imagen de un Señor que castiga y que sólo mira para ver qué falta cometemos, o uno combativo.
«Tener una imagen deformada de Dios lleva a uno a caer en la pereza y a no ser útil en la vida», precisó el obispo en su mensaje de este domingo.