* Dicen que la carta estaría fechada en marzo, pero en ese mes estaba hospitalizado y apenas podía mover dedos y manos.
Según fuentes, en la Congregación General del viernes (reunión de cardenales previa al Cónclave), el cardenal Pietro Parolin presentó una carta en la que el papa Francisco confirma que el cardenal Angelo Becciu, de 76 años, está excluido del voto en el Cónclave, revela Diana Montagna.
Se desconoce la fecha de la carta.

Un canonista con quien hablé dijo que es esencial que esta carta se haga pública porque tiene “efecto jurídico público” y, por lo tanto, debería “estar sujeta al mismo escrutinio ordinario que se da a cualquier otro documento papal que tenga efecto jurídico público”, añadió Montagna.
Sobre la participación del cardenal Giovanni Angelo Becciu en el cónclave, todo es un misterio: repentinamente el cardenal Parolin presenta una carta que el Papa Francisco supuestamente habría dirigido en marzo pasado al cardenal Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, a través de su secretario personal Villalòn para que lo excluya de participar en la elección del nuev o Papa.
Sin embargo, existen dudas sobre la firma Francisco, dado que, como fue público, el Papa estaba hospitalizado y apenas podía mover los dedos y las manos.
Esto es lo que hoy escribe Nico Spuntoni en Il Tempo:
La carta anti-Becciu en manos del Camarlengo. Pero crecen las dudas sobre la firma del Papa
Había una vez una exclusiva que los grandes soberanos podían presentar en el cónclave para bloquear la elección de un cardenal indigesto como Papa. Una prerrogativa que limitaba la autonomía del sagrado colegio y amenazaba la libertad de conciencia de los electores individuales.
Esta práctica era tan odiosa que un Papa elegido precisamente gracias a ella, el veneciano Pío X, la abolió el 20 de enero de 1904 con la constitución Commissum nobis. El candidato que fue vetado por las grandes potencias católicas fue llamado el «cardenal excluido».
Más de un siglo después, el Sacro Colegio podría volver a tener un “cardenal excluido” en el cónclave que está a punto de comenzar. No del electorado pasivo, sino del activo, y ya no por voluntad de un príncipe secular, sino presumiblemente del Papa fallecido.
Hemos hablado en los días anteriores de la disposición que habría quedado escrita en blanco y negro en dos cartas firmadas por Francesco pero que nunca fue notificada a Becciu ni hecha pública hasta hoy.
Hoy podemos confirmar la validez de los rumores filtrados.
Una fuente interna, de hecho, confirmó a nuestro periódico la existencia de una carta del pasado mes de marzo en la que el enfermo Bergoglio daba supuestamente la orden de excluir a su ex sustituto del futuro cónclave. «Il Tempo» también consigue revelar el destinatario del documento: el camarlengo de la Santa Iglesia Romana Kevin Joseph Farrell.
Parece que la carta fue entregada en manos del cardenal norteamericano de origen irlandés por el último secretario personal de Francisco, el muy influyente don Juan Cruz Villalón.
Llama la atención la supuesta fecha de la firma: según algunas fuentes es el 1 de marzo, según otras incluso el 23 de marzo. Una circunstancia sensacional porque el día 23 es el día de su alta en el Gemelli, en las dramáticas condiciones de salud en las que el mundo entero lo volvió a ver.
Así, el Papa, recién salido del hospital tras haber estado en grave peligro de muerte en dos ocasiones, habría supuestamente dedicado su tiempo a imponer una durísima sentencia a un cardenal condenado por malversación de fondos en primera instancia por el tribunal vaticano en un proceso en el que cada vez aparecen más sombras, más dudas.
Y surgen más sospechas todavía, dado que todavía está en curso el Año Santo dedicado a la esperanza, proclamado con una bula papal que contenía la petición a los gobiernos de conceder amnistías e indultos.
De momento las cartas no han salido aún a la luz durante las congregaciones, pero es previsible que una vez reveladas seguramente provocarán discusión entre los miembros del sagrado colegio.
- En el interior, como hemos escrito, hay un frente convencido de que el prelado de Pattada es víctima de una clara injusticia.
- Y luego está la cuestión de su validez: un experto canonista, bajo anonimato, explicó a nuestro periódico que la firma no sería suficiente porque «para documentos similares, históricamente, se necesita una firma papal que antes se daba con el anillo del pescador pero que incluso ahora requiere al menos un signo de autenticidad».
El Papa nunca firmó documentos con su firma personal, «pero como máximo, en casos muy raros, podía añadirla además de documentos particularmente sentidos, pero no sola». El experto, por tanto, sostiene que «la mera firma, emitida en circunstancias poco claras, no es en absoluto suficiente».
Estos primeros días de congregaciones estuvieron marcados por el caso Becciu que probablemente se convertirá en protagonista también en los siguientes.
De hecho, los cardenales llegaron a la conclusión de encontrar una solución sólo después del funeral de hoy. Un hueso duro de roer, sobre todo para el decano Giovanni Battista Re, que a cuantos lo habían oído hablar recientemente del tema les había confesado en privado que no conocía la existencia de las cartas de Francisco.
Ayer, la persona directamente interesada no estuvo presente en la reunión, pero esta ausencia no debe interpretarse como una señal de rendición.
El caso Becciu está lejos de terminar, con o sin cartas.

Por NICO SPUNTONI.
SÁBADO 26 DE ABRIL DE 2025.
CIUDAD DEL VATRICANO.
IL TEMPO.