Viernes Santo – Día del juicio, sufrimiento y muerte de Cristo. ¡Recuerda ayunar!

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El Viernes Santo es el día del juicio, sufrimiento y muerte de Cristo. Este es el único día del año en que no se celebra la Santa Misa y se celebra en las iglesias la Liturgia de la Pasión del Señor. El Vía Crucis se celebra públicamente en las calles de muchas ciudades. En este día es obligatorio el ayuno estricto y la abstinencia de carne. Sin embargo, hay personas que no están sujetas a la obligación de ayunar.

Si el Viernes Santo es un día lleno de tristeza, es también el día más oportuno para despertar nuestra fe, para fortalecer nuestra esperanza y el coraje de llevar cada uno de nosotros su cruz con humildad, confianza y abandono en Dios, teniendo la certeza de su apoyo y de su victoria. La liturgia de este día canta: «O Crux, ave, spes unica – ¡Salve, Cruz, única esperanza nuestra!», así explicó el Papa Benedicto XVI el significado de la liturgia del Viernes Santo en una de sus catequesis de los últimos años.

El Viernes Santo es un día de ayuno estricto, es decir cuantitativo y cualitativo. En este contexto vale la pena explicar dos términos utilizados por la Iglesia: “ayuno” y “abstinencia de carne”.

“Ayuno” o “ayuno estricto” significa abstinencia de carne y limitarse a tres comidas, de las cuales sólo una es suficiente. Las personas de 18 a 60 años están obligadas a practicar esta práctica sólo el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

A su vez, la abstinencia de carne, también llamada ayuno cualitativo, es obligatoria el Miércoles de Ceniza y todos los viernes del año, salvo días festivos concretos. Se aplica a todas las personas mayores de catorce años.

Esto se desprende de las disposiciones del Derecho Canónico, cuyo canon 1251 establece: «La abstinencia de comer carne u otros alimentos, de acuerdo con el decreto de la Conferencia Episcopal, debe observarse todos los viernes del año, a menos que una solemnidad caiga en un día determinado. La abstinencia y el ayuno, el Miércoles de Ceniza y el Viernes de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, son obligatorios».

La obligación de abstinencia no se aplica a las personas enfermas o que no deciden sobre su propia alimentación (pacientes de hospitales, personas usuarias de puntos de restauración colectiva, etc.).

¿Las mujeres embarazadas deben ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo? Ni el Código de Derecho Canónico ni otras normas del Episcopado explican claramente la cuestión de la dispensa del ayuno estricto para las mujeres embarazadas y lactantes. Las opiniones del clero sobre este tema están divididas. Sin embargo, coinciden en que las prácticas de ayuno por parte de las mujeres embarazadas no pueden suponer una amenaza para la vida y la salud ni de la madre ni del niño.

Muchos pastores alientan a que las prácticas de ayuno vayan acompañadas de abstinencia o de limitación de las “pérdidas de tiempo” modernas, como las redes sociales, los juegos y la televisión.

VIERNES 18 DE ABRIL DE 2025.

KAI.

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