Desde la Basílica de Guadalupe, el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, pidió a la virgen guadalupana librar de contagios de Covid-19 a médicos, enfermeras, adultos mayores, personas vulnerables y acabe pronto la pandemia. Con la visita al templo mariano de este miércoles, concluyó el peregrinar virtual Ocotlán-Guadalupe, que incluyó a seis santuarios diocesanos de Tlaxcala, para recoger intenciones y externarlas en el templo del Tepeyac.
Antes de la homilía, Salcedo Aquino recordó que el 11 de noviembre fue creada la Diócesis de Tlaxcala, por lo que la peregrinación la empató con el sexagésimo primer aniversario de la fundación.
En su mensaje, centró el tema del sufrimiento, carencias y desconciertos que ha dejado el nuevo coronavirus, pues la feligresía ha tenido que lidiar con enfermos y fallecimientos de seres queridos, sin siquiera despedirse.
Replicó el mensaje del Papa Francisco, quien manifestó que con la pandemia “todo se obscureció” y esas tinieblas cubrieron las plazas, calles y ciudades, hasta adueñarse de las vidas humanas; además de propiciar un silencio ensordecedor y un vacío desolador.
AMENTA SUSPENSIÓN DE FIESTAS PATRONALES
El máximo jerarca de le grey católica en Tlaxcala, lamentó la suspensión de festividades religiosas importantes, como la Semana Santa, Pascua y diversas fiestas patronales, “donde las campanas quedaron en silencio o sonaron doblando de forma pausada, como llorando, anunciando fallecimientos”.
Agregó que la Covid-19 obligó a callar a los cohetes, igual que los instrumentos musicales, aunado a la distancia social, la carencia de abrazos entre hermanos y eliminar el saludo tangible de la paz.
RECONOCE ESFUERZO DE QUIENES NO DEJARON DE TRABAJAR
Sin embargo, resaltó que la pandemia también mostró el esfuerzo de quienes no dejaron de trabajar, a pesar de los riesgos que eso implicó para su salud y la de sus familias.
“Cuantas manos tendidas encontramos, como la del médico, enfermeras, de quienes trabajaron en la administración, el farmacéutico expuesto a peticiones y contacto arriesgado, lo mismo que el sacerdote que bendice con el corazón desgarrado, pero sobre todo, aquel voluntario que socorrió a los que viven en la calle”, destacó.
De igual manera, bendijo “las manos de hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad, pues han desafiado el contagio y al miedo, para dar apoyo y consuelo”.
En oración frente a la virgen María, el Obispo y su sequito de presbíteros, rogaron “para que tus hijos más vulnerables, los ancianos, niños, enfermos, mujeres embarazadas, los hermanos de los pueblos originarios, migrantes, quienes no tienen trabajo, ni techo y los privados de su libertad, encuentren salud y la esperanza, mediante tu intercesión”.
Finalmente, insistió en la protección de los profesionales de la salud, quienes diariamente cuidan enfermos y para que la sociedad se conmueva frente a la tristeza, “venza la dureza de su corazón y salga al encuentro de sus hermanos”.
Madre de Dios, intercede ante tu hijo para que termine esta pandemia que tanto dolor y sufrimiento ha causado y cuyas consecuencias son adversas para nuestras familias, la iglesia y sociedad
Con información de El Sol de Tlaxcala